JORGE
El agua fría de la ducha consigue despertarme completamente. No he dormido nada está noche y me está pasando factura ahora, que son las cinco de la tarde y tengo un sueño atroz.
Salgo de la ducha con el pelo mojado y mientras miro mi reflejo en el espejo empañado, me es imposible no acordarme de todo lo que me ha llevado a este estado.
Han pasado casi cuatro años desde que nos despedimos en aquel mirador y todavía sigo soñando que volveremos a estar juntos. El distanciamiento después de la ruptura fue inminente, sobre todo por mi parte por lo difícil que era verla y no poder tocarla o besarla como quería. Pero con el tiempo me dí cuenta que el destino que una vez creí que nos volvió a juntar para reescribir nuestras historia, solo nos juntó para que nos diéramos cuenta de que no éramos el uno para el otro.
Me seco, peino y lavo los dientes antes de salir del cuarto de baño, en dirección a mi habitación. Viendo así, una vez más, la invitación color nácar con letras doradas.
Me acerco a la cama donde el sobre se encuentra abierto y lo agarro sacando el contenido de su interior. Dos nombres se entrelazan en la parte superior y en la parte inferior se pueden ver dos alianzas unidas. Mi mirada vuelve a dirigirse a los dos nombres escritos. Frunzo el ceño. Y mis ojos van a parar al traje azul marino que cuelga de la puerta del armario.
Llevo tres meses y medio preparándome mentalmente para este momento y cada vez que leo sus nombres, el dolor me invade.
Cómo masoquista que soy, miró de nuevo la invitación, al traje, y de vuelta a la invitación.
Queridas familias y amigos:
Esperemos que está noticia no la tomé por sorpresa,
pero después de casi tres años compartiendo momentos
y ama.
Dejo de leer y tiro el papel a la cama de nuevo. No estoy preparado. No cuando se trata de ella . No estoy listo para verla de blanco, en un altar, con otro hombre, que no soy yo.
Me siento al borde de la cama mirando la hora en el teléfono. Quedan cuarenta minutos para que la boda comience y yo sigo aquí, en toalla y sin arreglarme. Busco el número de Alex para decirle que me han mandado trabajo y que no podré ir.
Y ni penséis que es por qué no quiero verla. Claro que quiero verla, pero junto a mi, en otra situación, no en su boda.
El móvil me vibra en la mano y contesto sin mirar quien es, me lo puedo imaginar.
—¿Dónde estás?.
—Me han mandado tra
—Mentira—dice cortándome—. Me he encargado yo de que hoy no te molestaran.
Maldito inteligente.
—¿Dónde estás?— vuelve a preguntar.
—No voy a ir, Alex.
Oigo cómo suspira al otro lado.
—Como no me habrás en tres minutos la puerta, la tiro abajo.
Corta la llamada y yo me dejó caer en la cama de espaldas. Efectivamente, tres minutos después escucho el timbre. Caminó despacio hasta llegar a ella. Pero cuando la abro, un huracán me lleva hasta mi cuarto donde se detiene mirándome con desaprobación.
Alex.
Va vestido con un traje negro y corbata del mismo color.
—¿Ese es el traje?— me pregunta señalando la percha en la que este cuelga.
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Volver a encontrarte [Volver #1]
RomanceJorge Val. El chico que cualquier chica querría como novio, pelo castaño, ojos verdes, alto, fuerte.... Pero únicamente físico. O eso fue lo que pensó Clara, cuando se enteró de sus mentiras y engaños. Cinco años después, ambos se vuelven a encontr...