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Cuando el trio de jóvenes se retiró los que quedaron en la casa del castaño mayor comenzaron a irse a sus respectivas casas, sobre todo cierto chico de ojos azules que había tenido varias emociones en un solo día, cuando se relajó todo su cuerpo cayó hacia adelante, su padre lo atrapo cargándolo para ir a su casa con mayor comodidad siendo seguido por su hijo menor.

El pelirrojo por su parte llevo arrastras al pelirrojo menor que no se quería ir de esa casa hasta que viera que el castaño menor regresara a esa casa de nuevo y no volviera a desaparecer, en cambio la pelirroja se fue tranquila siguiendo a los dos pelirrojos que se encontraban haciendo un leve escándalo por culpa del menor.

La albina por su parte se quedó a dormir en la habitación de invitados, no quería irse esa noche después de saber todas las cosas que había hecho FUG con su pequeña estrella, si salía de esa casa estaba segura de que iría a matar a todos los ancianos, así que fue a dormir pidiendo que escondieran sus llaves de ella.

Los dueños de la casa se miraron entre si al verse los cuatro solos, tenían mucho de lo cual hablar entre ellos y ellos bien sabían que si dejaban para después de lo de hablar ahora jamás los harían. Así que sentándose nuevamente en los sillones se quedaron observándose, habían pasado dos años en donde se habían sentado de esa manera, si bien vivían bajo la misma casa, sin el castaño menor no vieron la necesidad de convivir pues siempre que lo hacían terminaban peleando.

— Creo que tenemos bastante de lo cual hablar.

— Todos lo sabemos Jinsung

— Entonces, quien será el primero en hablar.

— Creo que el primero en hablar debería ser el que comenzó todo esto.

— Y allí vas a atacarme de nuevo maldito oxigenado.

— No te estaba diciendo a ti, pero si te sientes aludido por eso no es mi culpa.

— Por eso no puedo hablar civilizadamente contigo, cada vez que hablo me culpas.

El albino de nuevo se comenzaba a exaltar por las palabras del rubio, estaba harto de siempre recibir sus insultos o culpas hacia su persona. De por sí, él sabía muy bien que era su culpa y de nadie más, pero no era para que se lo recordaran día tras día.

Por su parte el rubio se exalto más, no entendía los sentimientos del albino, tampoco entendía porque no se hacía responsable de lo que había provocado, siempre se escapaba. Sus puños se encontraban cerrados para tratar de no lanzarse sobre el mayor para romperle la cara de una vez por todas.

— Pues si es tu culpa, tu llevaste a Baam con los ancianos y permitiste que lo alejaran de nosotros.

— Lo hice para protegerlo.

— ¿¡Protegerlo de qué!?

— ¡De quien crees!

— ¿¡De Zahard!? ¡Pero si nosotros ya estábamos haciendo eso!

— No, no lo estábamos haciendo.

— ¿¡Y tú que sabes!?

— ¡Se mucho más que tu idiota! ¡Mientras que ustedes tres disfrutaban jugando a la familia feliz yo me mantuve alerta! ¡Y adivina que estúpido de mierda! ¡Zahard ya estaba apuntándonos con su maldita espada!

— ¿¡A qué te refieres!?

— ¡Los Arie me buscaron!

Los adultos se habían mantenido en silencio porque si se metían solo iban a empeorar la situación entre ambos adolescentes, solo se meterían cuando trataran de golpearse entre ellos. Pero aquel plan se vio interrumpido cuando aquel apellido salió a la luz. Ambos adultos se levantaron de golpe y miraron al albino que se había quedado callado mientras se mordía el labio inferior.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora