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El sol estaba en su punto más alto indicando que era medio día y en ese momento el de hebras celestes agradecía estar bajo la sombra de aquel árbol. Su vista dejo de leer el libro que se encontraba leyendo para poder ver el paisaje tranquilo de su patio.

Estaba agradecido que la tortura de la guardería se haya acabado y que su padre le haya dado su año de descanso antes de comenzar la escuela elemental. Pero para su mala suerte que siempre tenía ese año ya se había acabado y ahora comenzaría la siguiente etapa de su educación mañana. Aunque para él era un desperdicio ir a la escuela elemental, pues su IQ era más alto que el promedio de su edad. Soltó un suspiro antes de continuar leyendo su libro, era de un escritor inglés que disfrutaba de su dramatización.

Aunque su lectura se vio interrumpida por una propia risa baja de él al recordar la cara de sorpresa de uno de sus hermanos mayores al ver que libro estaba leyendo. Según su hermano era demasiado dramático para alguien de su edad y que era mejor que leyera uno de marca infantil. Obviamente no le hizo caso y lo siguió leyendo.

Estaba relajado terminando de leer "Romero y Julieta" cuando una sombra se posó delante de él provocando que levante su mirada. Quiso gritar cuando vio a la empleada que estaba reemplazando a su querida nana porque esta estaba de vacaciones, no le agradaba para nada su actitud y más porque lo trataba como si fuera uno de sus hermanos, lo cual no era así.

- Señorito Agüero ya es hora de la merienda ¿Qué desea comer?

- Nada especial.

- Como ordene señorito Agüero.

Y lo volvió a dejar solo, sin poder evitarlo soltó un quejido molesto mientras se pasaba una de sus manos por sus cabellos moviéndolos con fastidió. Estaba seguro que a chica le traería algo demasiado elegante y el odiaba comer cosas así en su merienda. Él era feliz con un emparedado de jamón y queso junto a un vaso de jugo de naranja. Cerró su libro al ver como la chica regresaba con una bandeja llena de dulces y una malteada de chocolate, no es que odiara lo dulce. Odiaba lo extravagante que se veía todo. Lo acepto con una sonrisa y comenzó a comerlo, a mala manera, pero nunca dejaría que una de las chicas tuviera problemas con su padre por no lograr que sus hijos comieran.

Acabo todo y dejo que se fuera, cuando la vio lejos se levantó de donde estaba sentado para escalar por la escalera de su casa del árbol. Sabía que a veces su padre exageraba con sus regalos o los hacia más grande de lo que deberían ser o fueron pedidos. Pero al ver aquella casa terminada en la noche junto a un telescopio, libros de astrología y astronomía, almohadas y un suelo alfombrado. Juraba que esa vez su padre le había atinado al hacer su regalo más grande.

Ya una vez arriba y después de recordar eso entro a su casa sorprendiéndose un poco de ver a su hermano pequeño durmiendo en el suelo. No le molestaba que Ran subiera, era el único que tenía ese privilegio. Aunque a veces el pequeño se aprovechaba del permiso y se escondía en el refugio para escapar de sus clases privadas de piano. Como ahora.

Dejo el libro que estaba leyendo a un lado y saco uno de los libros de astrología para leerlo esperando ansioso a la noche. Podía ser mediodía, pero el de ojos celestes siempre esperaba con ansias la noche que era su hora favorita ya que salían las estrellas.

Tan metido estaba en su lectura que no supo cuando su hermano lo abrazo pegándole su cansancio y llevándolo al mundo de los sueños unos minutos después.

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My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora