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Y su alarma sonó nuevamente, pero la dejo sonar mientras él seguía mirando el techo blanco de su cuarto. No había podido dormir nada en toda la noche, llevaba así dos días desde que el de ojos dorados había dejado su casa el sábado y ese día era lunes.

— Este día será un asco.

Murmuro mientras que se levantaba de su cama para darse un baño, su cuerpo se sentía pesado y su mente agotada. Solo esperaba y rezaba por sus adentros que no se enfermara porque odiaba enfermarse. Era lo peor que podía pasarle a su persona. Cuando estuvo en la ducha escucho a su nana pasar y ordenar todo. Desde que había decidido caminar hacia la escuela junto al de cabellos azabaches y los otros dos se despertaba con una alarma.

— Buenos días señorito Agüero

— Buenos días nana, ya hablamos del señorito

— Disculpa es la costumbre

— Esta bien nana

— ¿Te sientes bien?

— ¿Eh? Sí, estoy bien ¿Por qué?

— Porque tienes el rostro levemente rojo

La castaña llevo su mano derecha para tocar la frente del menor, notando que estaba levemente caliente.

— Tienes temperatura ¿Seguro que quieres ir a la escuela?

— Si, ya se me pasara al rato.

— Bien, pero abrígate

— Tranquila nana, nada me puede pasar.

La castaña miro de manera preocupante al de ojos azules que le daba una sonrisa suave. A los minutos la mayor suspiro rendida y salió con el menor hacia el comedor en donde le esperaba la mayoría de su familia. Como siempre el menor tomo asiento en su lugar a esperar su desayuno. La cabeza de la familia mando a traer los desayunos y todos los presentes comenzaron a tomarlo.

— ¿Agüero te sientes bien?

— ¿Eh?

El de cabellos celestes dejo de tomar su jugo de naranja para mirar a la albina que le miraba de manera preocupada. No era de mostrar preocupación, más bien su hermana no mostraba sus emociones, pero justo en ese momento le dejaba ver una expresión llena de preocupación.

— Si, si estoy bien, tranquila hermana Maschenny

— ¿Seguro? Tu rostro esta levemente rojo.

— Si lo estoy, solo debe ser por el agua caliente con el que me bañe.

— No deberías de ir al colegio

— Que estoy bien hermana.

— Padre cre-

La albina no termino de hablar porque justo tocaron la puerta llamando la atención de todos, el de ojos azules se levantó de manera rápida ganándose un mareo que logro disimular para irse de allí de forma rápida. Si se quedaba solo un segundo más estaba seguro que su hermana se encargaría de que su padre no le dejara salir.

Tomo sus cosas que como siempre estaban allí y salió de la casa sin tomar algo para abrigarse, bueno después tomaba algo caliente. Miro al menor que estaba frente suyo con una leve sonrisa.

— Buenos días Baam

— Buenos días Agüero

El menor le dedico una sonrisa antes de ponerse a caminar en un ambiente silencioso, pero bastante cómodo hasta que un mareo ataco al de cabellos celestes de nuevo y provoco que su cuerpo temblara. Cosa que no pasó desapercibida por el menor.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora