My Person [BaKhun]

24

Entre las sabanas de una cama que era alumbrada por los rayos del sol un joven de ojos dorados se removía por el sonido de su alarma. Cuando la había apagado se encontraba mirando hacía el blanco techo de su habitación, había pasado ya una semana desde que había empezado la clase primaria y en tan sola esa semana ya tenía un grupo de buenos amigos, aunque con el que más pasaba tiempo era Rak en su salón y con Agüero que muchas veces iba a su casa o simplemente se iban en las mañanas y tardes juntos en un silencio cómodo o hablaban sobre su día e incluso hablaban sobre cosas al azar.

Se estiro levantándose de su cama para tomar su celular colocando música a bajo volumen para bañarse y luego bajar a preparar el desayuno a toda su familia, aquella costumbre ya era como un ritual para todos. Una vez termino su aseo bajo a la cocina mientras le mandaba un mensaje de buenos días a su mejor amiga rubia. La extrañaba, extrañaba cuando se ponían en el patio de su anterior colegio y ella le acariciaba sus cabellos. Aunque siempre lo hacía después de que le comprara varias cosas del comedor, según ella era un premio por ser un buen amigo.

Se puso a preparar todo lo del desayuno haciendo tostadas francesas, jugo de naranja y huevos revueltos. Algo suave y nutritivo, cuando termino de colocar las tostadas el jugo bajaban su padre y tío, ambos tenían ojeras por haberse amanecido revisando contratos según le habían dicho.

— Buenos días padre, tío

— Malos días enano

— Buenos días Baam

El de cabello azabache se rio con levedad ante el saludo del pelirrojo mientras le servía un café cargado al igual que su padre. Ambos al tomar un poco de este líquido opaco soltaron un suspiro de satisfacción provocando que el menor sonriera. Termino de preparar el huevo revuelto justo cuando ambos hermanos bajaban por las escaleras, el rubio llego a la sala tranquilo mientras el albino se sentaba con cara de sueño.

— ¿El hermano Blanco también se amaneció?

— Estuve ayudando un poco a los viejos para que me vaya acostumbrando.

— ¿También trabajaras en F.U.G fantasma?

— Si, los ancianos ya me reservaron un lugar.

— ¿Los ancianos?

— Los jefes de jefes, mi inteligencia los sorprendió.

Sin esperar mucho la risa del rubio de la casa se hizo presente haciendo enojar al albino, suspirar a los mayores y que el menor de la familia tomara indiferencia para no verse envuelto en el conflicto.

— ¿Tu inteligencia? La vejez les hace daño a los ancianos.

— Solo estas celoso porque a mí me han llamado y a ti no oxigenado

— Para tu información también me han llamado.

— ¿Y por qué? Si lo que tienes de inteligencia se pierde en tu ego.

— Ay por favor, si hablamos de ego tú me ganas fantasma.

— Yo no tengo ego, tengo buena autoestima oxigenado.

— Ya aja, dime otra excusa barata mejor.

— Solo tienes celos de que sea más guapo que tu

— Claro que no, yo soy más guapo.

— Como es que pasamos de escuchar sobre su intelecto a su físico

— No lo sé, pero déjalo ser.

— ¡Baam!

El de ojos dorados dejo de tomar su jugo de naranja para ver a sus dos hermanos que lo miraban de manera seria.