My Person [BaKhun]

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Abrió los ojos al terminar de escuchar al penúltimo concursante y su acto, su cuerpo tembló levemente ante el nerviosismo y la expectativa de lo que iba hacer después de terminar su acto.

— ¿Estás listo? Cerebrito

— Siempre estoy listo Rubio falso

— Mi padre, mi tío y el padrino de Baam son el jurado

— Listo, ya perdí

— Que pesimista

— Me odian

— No lo hacen, solo no les caes por robarte la atención de Baam

— Por eso, no voy a ganar

— Bueno, solo toca y haz lo que tengas que hacer

— Bien, como digas

Una sonrisa que le dio mala espina al rubio se posó en los labios del de ojos azules. El menor tomo el folder en donde había algunas partituras, se levantó de la última silla que quedaba en aquella sala en donde había estado esperando a su turno, se acomodó su traje y salió de allí siendo seguido por el mayor de cabello rubio.

Cuando el presentador termino de decir el nombre del concursante más esperado las luces se apagaron, este se retiró del escenario y la luz enfoco a un chico de cabellos celestes vestido con un traje negro pegado que hacía marcar su contextura delgada, una camisa blanca y una corbata azul que combinaba perfectamente con sus ojos. Su cabello se encontraba peinado hacia atrás y recogido en una coleta baja. Sus aretes relucían más que nunca por la luz. Sus ojos se encontraban levemente delineados resaltando aún más sus ojos azules que brillaban cual el cielo de verano.

— Parece un ángel

Esas eran las murmuraciones que se escuchaban por parte del público, hasta la propia familia del chico de ojos azules se encontraba deslumbrada ante la apariencia angelical del adolescente. Aunque alguien opina algo diferente, ese era el chico de ojos dorados.

— Si, es como un ángel, pero es uno que desprende un aura solitaria

El mayor de los Khun miro de reojo ante las palabras dichas por el de ojos dorados quien no podía quitar la mirada del adolescente en el escenario. Este por su parte iba caminando de manera algo lenta hacía el piano. Al llegar a este se sentó en la banca que le habían dejado, coloco las partituras en el atril, coloco los pies con cuidado sobre los pedales y al final abrió la tapa que cuidaba las teclas dejándolas ver.

Estuvo unos minutos en esa forma hasta que soltó un suspiro y sus dedos se posicionaron sobre las teclas que darían comienzo a la canción que cambiaría su vida. Esa canción que ya se sabía de memoria por tocarla varias veces a la semana.

El público contuvo el aliento cuando una melodía suave y tranquila comenzó a sonar por todo el espacio. Los dedos largos del adolescente tocaban de manera suave cada tecla y después de unos segundos abrió sus labios para comenzar a cantar acompañando la suave melodía que tocaba.