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El sol se asomaba dando comienzo a un nuevo día, un rubio se encontraba sentado en su silla de cuero mirando el amanecer por su venta, en su mano se movía en movimiento lentos un vaso lleno de whisky. El dolor de su cabeza había disminuido gracias al licor que se encontraba en su sistema. 

Muchas cosas habían pasado en tan solo una noche que le habían hecho doler la cabeza, ni siquiera recordaba como había llegado a su oficina y mandado a todos sus subordinados par que comenzaran a trabajar. Sus pies movieron la silla para dejar de ver la ventana y que viera su escritorio. 

En aquel escritorio había montones de papeles desparramados y una botella de whisky csi terminada. En todos esos papeles había información de años de las personas que se habían revelado contra él. Solo le tomo unos minutos a su gente averiguar todo, algo que no pudieron averiguar en año, lo hicieron en minutos ante la amenaza de muerte por parte del rubio. 

Aunque igual termino matando a algunos por la simple razón de que pudieron haberle ahorrado aquel molesto dolor de cabeza si hubieran averiguado bien las cosas en su tiempo. Su mano se estiro hasta tomar el papel en donde había una foto de un niño de cabellos castaños y ojos dorados. 

— ¿Por qué a pesar de que ya te mate sigues volviendo a torturarme? 

Sus ojos amarillos miraron detenidamente los ojos dorados que eran iguales a la mujer que alguna vez amo con todo su ser hasta volverse una obsesión que le jodio por completo la vida. Pero es que no podía hacer nada, aquella chica lo volvía loco. Tan loco que se hizo más fuerte no solo en físico, sino que también económicamente y socialmente, todo por ella. Pero ella finalmente escogió a otro hombre, un hombre que era muy inferior a él en muchos sentidos. 

Aquel chico que creía su amigo, un chico que sabía sobre su amor hacía ella, pero que al final lo traiciono enamorándose de la misma chica y se la robo sin dudar un solo segundo. Ante aquel recuerdo su mente se volvió a llenar de enojo como esa vez que les grito su vida y juro vengarse ante su traición rompiendo su amistad de tiempo. Su mano que tenía el vaso se elevo a sus labios para poder tomarse todo el liquido de golpe, el cual le quemo de manera satisfactoria u garganta. 

Cuando acabo volvió a mirar al niño que le provoco el dolor de cabeza, gracias a sus movimientos varias personas que pensaba que había logrado desaparecer habían salido a la luz creyendo que tenían alguna oportunidad de vencerlo. Aquello lo enojaba, sobre todo esos ojos dorados que tenía, soltó un gruñido y lanzo los papeles a su escritorio para tapar su vista con esa mano. Estaba cansado, su cabeza le dolía y el alcohol ya no le ayudaba. 

Pero todo empeoro cuando sintió que alguien le abraza por la espalda, pensando que sería aquella chica albina que solo había aceptado en su harem porque se parecía a su mejor amigo, estaba a punto de gritarle pero cuando vio un cabello castaño que nunca podría olvidar fluir por sus hombros su respiración se corto. 

— Zahard ¿Te preguntas por qué te pasa todo esto en verdad?

— Arlen...

— Esa es una pregunta muy estúpida de tu parte, mi querido amigo. 

— Yo...

— Esto es simple karma por lo que nos hiciste.

— Yo no...

— Oh claro que sí lo querías, deseabas vernos muertos.

— ¡No! ¡Yo solo te quería a ti!

— ¿Estas seguro de eso?

— ¡Si! ¡Tu eras mi musa!

No, yo no lo era. Yo era una obsesión, tu musa siempre fue otra personas.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora