My Person [BaKhun]

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El de ojos azules se encontraba tirado en el suelo de su salón de música viendo hacia el techo con un montón de partituras a su alrededor, algunas completas, rayadas, incompletas, arrugadas o rotas. De sus labios escapo un suspiro mientras cerraba los ojos y sus manos se dirigían a sus cabellos para poder jalarlas con algo de fuerza.

Hace un mes que se encontraba tratando de sacar una canción para poder tocarla el día del festival, pero como siempre no podía. Se encontraba a mitad de una y no le gustaba, estaba de acuerdo con la letra de uno, pero la melodía era un asco. Y por eso se encontraba ahora tirado allí.

Quería una letra y una melodía que lograra transmitir sus sentimientos al público, pero en especial a Baam. Pasaron unos minutos antes de abriera los ojos de golpe y al mismo tiempo se sentaba.

— Oh mierda

Las manos que se encontraban en su cabello viajaron a su rostro hasta cubrirlo, sus piernas se encogieron hasta subir a su pecho. No podía ser, no de nuevo. No quería sentir nada de nuevo, no de esa forma. Aunque todo lo que tenía eran especulaciones y lo de recién, necesitaba ayuda. Se levantó de golpe para poder acercarse al piano en donde estaba su celular, casi se tropieza con las partituras que estaban en el suelo, pero ese es tema aparte. Agarro su celular para llamar a la única persona en la que confiaba.

— Leessoo emergencia, te necesito ahora en mi casa.

El de cabello castaño vistiendo un buzo de una tonalidad morada se encontraba caminando de un lado a otro como si fuera un león encerrado mientras que el de ojos azules se encontraba observándolo.

— Por favor dime que solamente es una broma

— Ya quisiera yo que fuera una broma

— ¿Como?

— No lo sé

— ¿No sabes cómo te enamoraste de Baam?

— Acaso tu sabes cómo te enamoraste de Hatsu

— Tuche

— Leessoo te llame porque confió en ti y quiero que me ayudes a ver si en verdad estoy enamorado.

— Bien, hagamos una lista

— Bien

— ¿Te gusta algo de Baam?

El de ojos azules miro hacia el techo mientras pensaba en la pregunta que le había dado el chico.

— Me gusta sus ojos, son tan puro y hermosos cuando brillan. Su cabello castaño también me gusta y aún más cuando se mueve de manera suave por el viento. Su sonrisa, esa sonrisa que puede iluminar hasta tu día más negro. Y

— Alto allí, ya entendí. Creo que me equivoque con la pregunta así que la volveré a formular ¿Hay algo que no te gusta de Baam?

— Que hable con esa perra de Rachel