CAPÍTULO 4 - MIA

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Cuando pensaba en la “venganza” hacia Duke lo último que tenía en mente era que me pillara en el baño con un tío cualquiera. Aunque, siendo colega de Duke, quizás sea algo más que “un tío cualquiera”. ¿Dónde he podido ver a este chico antes?

Busco a Alice con la mirada, que, para mi sorpresa no está bailando con Beck. Está poniéndose una copa con las chicas en la cocina.

-Oye, ¿dónde te habías metido? – Pregunta Alice, que tiene el vaso por la mitad.

-Estaba en el baño. – Respondo. Ni de broma voy a contarles lo que acaba de pasar aquí donde puede escucharnos cualquiera.

-Podrías haberlo dicho, nos vamos a casa dentro de un rato. – Dice Fallon. Me extraña que quieran irse antes de tiempo aunque, después de lo que ha pasado, nada me apetece más que volver al sofá de nuestro salón y poner la tele hasta tarde como hacemos de vez en cuando.

-Sí, además tengo que empezar a organizarme para el mes que viene y tener los apuntes al día. – Dice Christine. Se lo pasará bien en las fiestas pero hinca codos como nadie que haya visto en la universidad. Claro que, estudiando Medicina dudo que le quede de otra.

-Vale, cojo los abrigos y nos vamos. – Respondo.

-Voy contigo. – Apunta Alice.

Cogemos rápidamente los abrigos y me los pongo encima, tropezando con alguien sin querer cuando salimos. Murmuro una tímida disculpa y Alice me ayuda sujetando la puerta.

-Tía, dame, deja que te ayude.

Nos los ponemos justo antes de salir y Alice inmediatamente coge el teléfono como si se hubiese olvidado de algo importante.

-¿Qué pasa?

-Nada, que no le he dicho a Beck que nos íbamos.

-Claro, no quieres tener al churri preocupado. – La pica Fallon.

Alice pone los ojos en blanco y se ríe ante el comentario, pero sigue escribiendo a toda prisa. A mí se me han congelado los dedos. El ardor de mi cuerpo durante la fiesta ha chocado con el frío aire de la noche otoñal como si me devolviese de un universo paralelo.

Cuando llegamos, lo primero que hago es dirigirme a la cocina, no quiero cambiarme todavía, me apetece disfrutar un poco más del conjunto que me he currado para esta noche. No habrá servido de mucho, pero sí que ha sido un pequeño recordatorio para mi autoestima, como si la voz de mi cabeza que me suele fastidiar dijera “oye, no estás nada mal”.

-¿Alguien quiere chocolate caliente? – Pregunto.

-¡Yo! – Grita Christine corriendo hacia mí, poniéndose a buscar en los armarios. Es tan golosa como una niña de 4 años.

-Yo también quiero. – Dice Fallon desde el sofá.

Espero la contestación de Alice, pero sigue ensimismada en su teléfono. ¿Todavía sigue hablando con Beck?

-¿Alice?

Después de unos segundos, finalmente levanta la vista del teléfono.

-¿Eh? Sí. Perdona es que estaba hablando con Beck y… al parecer ha habido salseo en la fiesta.

Inmediatamente Fallon pone los ojos como platos y se gira agarrando el cabecero del sofá con el brazo. Si hay algo que le gusta casi tanto como los chicos matados y tatuados son los cotilleos del campus.

-Cuenta.

-Uno de sus amigos, que al parecer le han conseguido lío. – Dice sin darle mucha importancia.

-Oye, son mejores casamenteras que nosotras. – Contesta Fallon dirigiendo su mirada hacia mí, que estoy a punto de meter las tazas en el microondas. – ¿Qué amigo?

-Caleb Hale. – Responde Alice.

Casi se me cae una de las tazas. Le doy al botón con enfado y espero dos minutos al pitido para calentar la segunda tanda. Estoy flipando con este tío.

-Antes Mia se ha tropezado con él cogiendo los abrigos. – Añade con una pequeña risa.

Sus amigos estaban bromeando sobre que yo era su nuevo ligue estando con otra chica. Y les ha dejado. Cada día los chicos del campus me dan más asco.

-Solo estarán tonteando. Esos deportistas no se toman nada en serio. – Apunta Fallon.

El pitido del microondas anuncia que dos de las tazas están listas, y Christine coge inmediatamente la suya. Agarro la otra taza con cuidado y se la doy a Fallon.

-Y que lo digas. – Se me escapa, llamando la atención de mis amigas.

-¿Qué pasa? ¿Hoy también estás mosqueada? – Pregunta Alice curiosa.

-No, solo cansada. Yo también os iba a decir de irnos antes de la fiesta. – Respondo. La palabra cansada ahora mismo tiene tantos significados para mí que podría usarla en cualquier momento.

Subo hasta la habitación y me dejo caer encima del colchón, me quito las pestañas postizas y ni me molesto en quitarme lo demás. No dejo de darle vueltas a las palabras de Alice. Siento pena por esa chica, sinceramente. Puede que no sea nada serio pero creo que se merecía que corrigiera a su amigo. Duke. Dios, qué asco de tíos. Estoy a punto de quedarme dormida cuando una notificación en mi teléfono hace que el nombre que hay en mi cabeza cambie.

Caleb Hale ha solicitado seguirme en Instagram.

No lo dudo dos veces y le doy a rechazar, pero poco después la notificación vuelve a aparecer. Genial, además de un imbécil también es un acosador. Y un borde. Lo mejor sin duda va a ser ignorarle. No tengo nada que hablar con él.

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Espero que os haya gustado este capítulo. ¿Qué os parece la actitud de Mia? No olvidéis dejar vuestros votos y comentarios ⭐, me ayudaría un montón. ¡Gracias por leer y nos vemos pronto!

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