CAPÍTULO 28 - CALEB

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Gracias a la insistencia de Mia en decidir un tema para el trabajo el profesor Morris nos ha dados las gracias al salir de clase por haberle escrito tan pronto. Y, por lo visto, Mia también mencionó que yo tuve bastante que ver que se nos ocurriera la idea por el libro de Shelley. Suelo ser el típico estudiante que se sienta al fondo de clase y atiende sin llamar la atención, y cuando Morris ha añadido al final lo buena que le parecía la idea y que tengo muy buen gusto literario me he quedado completamente en blanco.

—No tenías por qué decirle eso. —Le digo a Mia cuando salimos de clase.

—¿Estás de broma? —Responde levantado la ceja. —No me iba a llevar el mérito de la idea.

—¿Por qué? Ni que me fuera a subir la nota solo por eso.

—No pasa nada porque sepa lo buen estudiante que eres.

Resoplo, y cuando pienso que Mia va a molestarse, reacciona de manera totalmente opuesta.

—No fastidies. —Se ríe. —¿Solo puedes ser la estrella de baloncesto?

—Es en lo que me quiero centrar. Y nada más. —Al darme cuenta de la sequedad de mi tono, me arrepiento enseguida de lo que he dicho. —Lo que quiero decir es... que no siento que tenga que destacar en nada más. El baloncesto es lo mío, igual que lo tuyo es la escritura. —Añado mientras fijo mis ojos en los suyos. —Para mí es un alivio haber encontrado ese algo que me llena tanto y me hace sentir especial tan pronto en vez de pasarme la vida buscándolo.

—Yo no lo llamaría alivio realmente. Es decir, sí, he encontrado algo que es "lo mío" pero... no es lo único que tengo. No es lo único que me hace... yo. No soy solo la chica que escribe, ¿sabes? Nunca he querido ser una sola cosa.

—Ya, bueno... —Me rasco la cabeza, como si así me fueran a salir las palabras más fácilmente. —Supongo que nunca he pensado en ser algo más que el chico del baloncesto.

Por suerte, en ese momento veo el rostro familiar de Kyle aparecer por el pasillo y agradezco mentalmente que su facultad esté tan cerca de la nuestra. También doy gracias de tener la excusa perfecta para volver a besar a Mia, así que no me lo pienso dos veces y hago que mi boca colisione con la suya y pego su cuerpo a la pared que tiene detrás. Es obvio que la pillo por sorpresa pero en cuanto mis labios acarician los suyos, la boca de Mia se lanza a la mía y me agarra del cuello de la camiseta para acercarme más a ella. Mientras nos besamos como dos adolescentes desesperados en mitad del pasillo, trato de no pensar en lo patético que es tener que aprovecharme de este tipo de situaciones para poder besarla. Y, como si me estuviese leyendo la mente, la mano de Mia acaricia mi mejilla y noto cómo sus labios se están esforzando por no formar una sonrisa contra los míos. Ante ese gesto no puedo evitar que se me encoja el corazón y separo mi boca de la de Mia.

—Puede que sí seas algo más que el chico del baloncesto porque últimamente eres el chico que me besa por sorpresa.

Otra vez esa sensación en el pecho. Ha llegado un punto en el que no sé qué es peor, si besarla o aguantarme las ganas de hacerlo, pero en cualquier caso acabo jodido.

—Bueno, tú eres la chica a la que le encanta que lo haga.

—Tal vez. —Dice pícara a milímetros de mi cara, como si ahora fuese su turno.

Por favor, para.

—Te veo esta tarde en la librería, ¿no?

—Sí, claro. De todas formas yo también tengo que comprar un par de libros para clase.

La sonrisa de Mia antes de alejarse se me queda clavada, casi más en el pecho que en la cabeza y contengo el impulso de llevarme la mano al corazón como un idiota para que se relaje un poco.

Miénteme Hoy (Golden Oaks #1) [+18] [BORRADOR] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora