CAPÍTULO 26 - MIA

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—Venga, elijamos un tema para el trabajo de una vez. —Se queja Caleb tumbado en la cama mientras lanza y recoge la pelotita de baloncesto rosa que llevo siempre conmigo en la mochila.

—No podemos hacerlo de cualquier cosa. Me niego. Tiene que ser perfecto.

—Creo que nos hemos quedado sin autores, y que vetes a algunos nos deja con menos opciones todavía.

—¿Otra vez? — Digo poniendo los ojos en blanco. —La asignatura se llama literatura británica del siglo XIX, los americanos no cuentan.

—Una pena, sería gracioso que presentaras un trabajo de tu tocayo de apellido, Gatsby.

Me giro, procesando sus palabras, sin estar segura de lo que acaba de decir.

—¿Gatsby?

—Sí, Gatsby. Eres dorada, vistes bien y te encanta beber en las fiestas. No se cómo no se me ocurrió antes. —Suelta entre risas.

—¿Soy dorada? —Digo sentándome a su lado en la cama y levanto las cejas esperando a que aclare esa parte de su ocurrencia.

Caleb se moja los labios con la lengua y se incorpora para estar más cerca de mí.

—Me refería al color de tu pelo.

—Ya. Demasiado tarde, ya me has ilusionado. —Respondo, haciendo que el rostro de Caleb se vuelva serio de repente y caigo en que ha sido por culpa de mis últimas palabras. —Venga, de aquí no me voy hasta que elijamos un tema para el trabajo, quiero mandarle hoy el correo a Morris. —Digo cambiando rápidamente de tema y abandonando la cama.

Me acerco a la otra estantería pequeña que hay en la habitación de Caleb y paso las manos perezosamente por los lomos, buscando algo que nos pueda servir y que, al menos uno de los dos se haya leído. Es entonces cuando mis ojos van hacia una portada algo antigua, encontrando un libro de tapa blanda que se nota que ha sido bastante manoseado. En el lomo está la pegatina distintiva de la biblioteca de la universidad. En la portada, el nombre de un autor que, por suerte, me resulta familiar.

—¿Percy Shelley? ¿Tienes que leer esto para alguna de tus clases? —Le pregunto levantando el libro para que lo vea.

—Sí, es de la única optativa que me he podido coger en segundo.

—¿Lees poesía?

—¿Te sorprende? —Pregunta, y si no fuera por el toque de sarcasmo de su voz, juraría que está ligeramente ofendido. —Hay muchas cosas que se pueden analizar en la poesía que en una novela quizás no podrías. Todas las metáforas, simbolismos y referencias a otras obras que puedes encontrar en tan solo una página.

No puedo evitar sonreír ante el entusiasmo que se le escapa a medida que habla.

—¿Cómo cuál? —Pregunto, queriendo que siga hablando.

Caleb coge el libro, que es un recopilatorio de varios poemas de Shelley y no duda en abrirlo por una de las primeras páginas, saltándose la breve introducción y nota del autor de la edición.

—La Bruja del Atlas. —Leo.

—Es un poema largo y tiene referencias para analizar por todas partes.

Nos quedamos en silencio unos segundos y después de leer unos versos, se me enciende la bombillita.

—Creo que ya tenemos tema para el trabajo.

Caleb me devuelve la mirada con una sonrisa.

—No es un mal tema para nada, Gatsby.

Suspiro y vuelvo a poner los ojos en blanco ante la mención de mi nuevo mote.

—¿O prefieres que te siga llamando nena? —Suelta de repente.

—Me gustan los dos. —Digo poniéndome de puntillas para acercarme más a su cara y me doy cuenta de que se está mordiendo el labio. Traga saliva y su mirada se oscurece en cuestión de segundos.
Miro a mi alrededor y en mitad del silencio lo único que lo rompe es la realidad, como un golpe seco que me detiene de acercarme aún más a Caleb. El miedo constante a que mis ganas se conviertan en algo excesivo para él y acabe alejándose. Por eso lo hago yo primero.

—Pues le mandaré el correo dentro de un rato. Ya tenía el borrador preparado.

Caleb baja la cabeza y suelta un suspiro.

—Sí que lo tienes todo pensado.

—Me gusta que las cosas sean así.

—Ya veo. —Dice serio.

Cuando estoy terminando de recoger mis cosas la pelotita rosa aparece ante mis ojos porque Caleb me la tiende para devolvérmela.

—Puedes quedártela.

Pienso que me la dará de todas formas, pero en su lugar sonríe y se pone a buscar con la mirada por su habitación cuál sería el lugar más adecuado para guardarla, como si fuese un tesoro secreto, hasta optar finalmente por un cajón diminuto del escritorio.

—Cuidaré bien de ella. —Añade de ponerse una cazadora, indicando que también va a irse.

Bajamos las escaleras en silencio total y antes de despedirme de Caleb, decido incumplir mi norma de no parecer desesperada, como si pensara que al no decirle nada no nos volveríamos a hablar. No se en qué momento cada adiós se ha convertido en una pequeña promesa entre los dos.

—Oye… —Caleb se me queda mirando extrañado y por un momento me arrepiento de haber abierto la boca.

—Hay una librería en la ciudad…—Continúo, abriéndole el paso a otro silencio incómodo.

—¿Y quieres ir conmigo? —Añade Caleb terminando mi frase.

—Sí. —Suelto de golpe, con una falsa seguridad que dura un solo segundo.
De la boca de Caleb vuelve a salir la sonrisa suave y cariñosa a la que temo estar acostumbrándome demasiado y que hace que mi pecho se convierta en el equivalente a un globo de cumpleaños recién inflado.

—¿Mañana por la tarde te viene bien? Hoy he quedado con los chicos para entrenar.

—No descansas mucho por lo que veo.—Digo con tono burlón.

—Tú seguro que estás escribiendo todo el tiempo. —Replica. —Cuando algo es tu pasión no puedes abandonarlo ni un solo día.

Me limito a asentir con la cabeza antes de despedirme de él, pensando en sus palabras. Está claro cuáles son sus prioridades ahora mismo. Y la mía definitivamente es olvidarme de que esto se pueda convertir en algo más y recordar que tiene fecha de caducidad, aunque no se la hayamos puesto.

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Quiero agradecerle a mi amiga María por darme la idea del trabajo que iban a hacer Mia y Caleb para clase (y por descubrirme el poema de Shelley) ❤

Como ya os comenté, voy a estar actualizando de manera más irregular y poco a poco. No quiero obligarme a escribir y subir un capítulo con el que no esté contenta solo porque sí. Espero que la actualización de hoy os haya hecho ilusión y disfrutéis del capítulo nuevo y el tercer extra de redes sociales, que siempre me entretengo mucho haciéndolos.

Dejadme un voto ⭐ si os ha gustado el capítulo y comentadme qué os ha parecido, ya sabéis que me ayudaría un montón.

Muchísimas gracias por leer y nos vemos pronto. 🧡

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