Salgo de la ducha corriendo, dándome cuenta de que son las 10.45 y Mia podría llegar en cualquier momento y después de lo de ayer me gustaría ahorrarnos otro momento incómodo. Me pongo unos pantalones de chándal del armario y cojo camiseta cualquiera de las que tengo dobladas. Me sacudo el pelo con las manos para secarlo un poco cuando oigo el timbre. Bajo corriendo las escaleras porque supongo que no querrá esperar mucho fuera. Me paso una mano por el pelo pero los mechones largos hacen lo que quieren y me caen sobre los ojos.
-Pasa. – Le digo abriendo la puerta y cerrándola tan pronto como pone los pies en mi piso.
Me cuesta mirarla a los ojos pero me obligo a darme la vuelta y enfrentarme a lo que he hecho. Vuelvo a pasarme una mano por el pelo y no se qué decirle exactamente a parte de...
-Lo siento.
Se me queda mirando fijamente y por fin puedo confirmar lo que ya intuía en el baño: tiene los ojos más oscuros que he visto en mi vida. Son como dos onzas enormes de chocolate negro clavadas como cuchillos sobre los míos.
-¿Qué les dijiste? – Dice, con más suavidad de la que esperaba.
-Yo... no dije nada. – Enseguida pone una mueca que deja claro que no me cree. – Nos vieron en el baño y se pensaron que nos habíamos liado y... yo que sé. Son unos pesados.
Parece mentira que esté estudiando Filología y se me de tan mal expresarme. Prefiero citar a otras personas y hablar sobre eso a que las palabras tengan que venir directamente de mí, de lo que siento, de lo que pienso. Sin más. No se cómo lo harán los escritores.
-Pero... creen que estás... que estamos...- Le cuesta tanto decirlo el plural que me dan ganas de interrumpirla y acabar la frase. - ¿Qué se creen exactamente?
-Que estamos liados. – Digo imitando su dificultad para decir "estamos", como si fuera lo más repulsivo del mundo.
-¿Y qué entienden ellos por eso exactamente? - Lleva sus ojos al suelo, y permanece de brazos cruzados unos segundos pensando qué decir.
Frunzo el ceño ante su pregunta.
-No eres mi novia, eso desde luego.
-Ya, está claro. – Espeta, enterrando de golpe la timidez y volviendo al cabreo que vi anoche. – Bueno, da igual, les dices que nos quedamos encerrados y punto. La puerta está hecha una mierda, cualquiera se podría quedar encerrado. - Añade descruzando los brazos.
-Espera. – Le digo antes de que siga hablando.
-¿Qué? – Me responde seca. Estoy acostumbrado a intimidar a la gente la primera vez que me ven pero esta chica no se ve afectada por el hecho de que soy un jodido armario de Ikea con cara de borde. Y no soy el único que tiene esa cara ahora mismo. – No es que sea malo para tu reputación pero es una tontería y cuando un deportista está pillado las demás chicas...
Dejo de escuchar lo que me dice. No es que se me acercasen mucho las chicas antes. Siempre suelen ir por chicos como Duke, con una sonrisa en la boca y los brazos abiertos para quien quiera unirse. No tiene nada que ver conmigo, que disfruto de estar a mi bola. Pero si pensaran que estoy con alguien sería aún más invisible.
-Lo que quiero decir es que te limitaría muchísimo estar "pillado". – Continúa, haciendo un gesto exagerado de las comillas.
-¿Limitarme? – Claramente esta chica no me conoce en absoluto.
-¿Vas a decirme que no eres igualito a tus amigos que están obsesionados con ligar en las fiestas? – Pregunta, cruzando nuevamente los brazos.
-¿Por qué te crees que esto es siquiera una noticia relevante en mi grupo? No hablan de las chicas con las que se acuesta Duke porque no es ninguna novedad.
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Miénteme Hoy (Golden Oaks #1) [+18] [BORRADOR] ✔️
RomanceUn jugador de baloncesto y una escritora tendrán que fingir estar liados después de un encontronazo en una fiesta. Solo hay una norma: no van a besarse. ~~~ A Mia le encanta salir de fiesta por el campus con sus amigas, aunque no termina de desmel...