Capítulo 29. "Ésta vez no te voy a dejar ir"

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-Fue traumático, todo ello -cerré mis ojos tumbada sobre el cuero del coche junto a Alec- llegar a casa y que todo estuviera lleno de bomberos sacando los cuerpos de ellos... Yo debería haber muerto con ellos.

-No digas eso, tú tienes que estar aquí, ser lo que eres y hacer lo que haces, es tu destino -dijo Alec alzando mi cabeza.

-Bah, para qué -dije despreocupadamente.

-Para muchísimas cosas. Deja de actuar como una niña pequeña.

-Bueno... Dejemos el tema -dije haciendo una mueca de dolor- ¿qué hay de tus padres?

-¿De mis padres? -se revolvió incómodo- nada.

-¿Se los ha tragado la tierra? Vamos -alenté.

-No quiero hablar del tema -siseó.

-¿Por qué? -fruncí el ceño.

-Porque he dicho que no y punto -dijo tranquilamente.

-Eres un asco a veces -rodé los ojos.

-¿No te da miedo estar aquí en medio de la nada tan de noche?

-Em, ¿no? -dije con ironía.

-Uhm, chica dura -acarició mi espalda.

Sumergí mi atisbo de sonreír en lo más profundo de mí intentando parecer dura. Ridículo ya que no lo mantendría por mucho tiempo.

Alec.

Una extraña sensación me recorrió  y supe que las cosas no iban del todo bien, no como debían y tenía previsto. Podía sentirlos acercándose a nosotros sedientos.

-Ellos vienen.

-¿Qué? -apuró Rachel.

-Sal del coche, corre -la vi dudar- ¡ahora!

Rachel salió desconcertada del coche aunque a toda prisa, yo salí detrás de ella con toda la presión ahogándome. Si la encontraban aquí la matarían.

Los pies de aquella desquiciante chica llegaron a la colonia inmensa de árboles dándome tiempo para alcanzarla.

-Escúchame -capturé su cara en mis manos- tienes que irte, corriendo, ni siquiera pienses en el miedo de estar en el bosque sola, es peor esto -respiré- los coleccionistas vienen, puedo sentirlo.

-¿Vienen? -el terror se propagó por sus iris negros de la noche.

-Sí, pero tranquila, te prometo que no te van a atrapar, ¿vale? -mi cabeza se iluminó- coge el coche, corre, el coche.

Rachel movió sus piernas más rápido de lo que esperaba hasta el coche sentándose en el asiento del piloto.

-¡No arranca! -dijo desesperada.

No tenía gasolina tal y como indicaba el marcador. Mierda, mierda y mierda.

-Joder -propiné un puñetazo a la puerta trasera- corre, no hay tiempo Rachel -la miré con urgencia.

-¿Estarás bien? 

-¿En serio me preguntas eso? No soy yo al que quieren, ¡corre de una vez! 

Rachel salió del coche y me miró por última vez antes de salir corriendo y perderse entre la oscuridad de los árboles. 'Ten cuidado' susurré sin apartar la vista de el lugar por el cual el cuerpo de Rachel se había perdido segundos antes.

Jodido coche, ¿cómo no podía funcionar? No había tenido ni un aviso de la batería durante el camino. Estaba seguro de que había sido un sabotaje pero no tenía tiempo ni cabeza para pensar en el culpable.

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