Capítulo 36. "Yo me encargaré de ellos"

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Alec miró mi rostro con detenimiento. Esbozando una casi imperceptible sonrisa ahuecó mi mejilla derecha, el relleno de su pulgar frotaba mi piel de forma reconfortante.

-Pasaré la noche contigo, ¿vale?

Sumida en sus ojos, simplemente asentí con tranquilidad.

Alec cogió mi cuerpo para posarlo sobre sus muslos y desaparecer de allí, entrando en mi cálida habitación.

El sol quemaba sobre las colinas que abrazaban el pueblo, creando una luz que se fundía con el verdor de los bosques, abrigando cada árbol y creando una imagen perfectamente preciosa.

Levantándome de la cama suspiré mientras caí en la consciencia de algo.

-Alec.

-¿Mh?

-¿Y mi móvil?

-Oh.

Rápidamente se levantó de la cama para poder rebuscar en el bolsillo trasero de sus pantalones. Acto seguido, extendió su mano con mi móvil en ella.

Cogí mi móvil, pulse la tecla de desbloqueo y nada ocurrió. Con mi ceño fruncido fui hasta el cargador para conectarlo y tras unos segundos, el móvil seguía muerto.

-Genial -dije con ironía.

-¿Qué pasa?

-Me has roto el móvil.

-¿Te he? ¿Perdona? -soltó una risita.

-¿Quién lo llevaba? -pregunté retóricamente.

Alec miró hacia ningún lugar haciéndose el despistado, haciendo que una pequeña sonrisa se desplegase en mis labios.

Cruzando mi habitación sin decir una palabra, salí de ella para dirigirme por las escaleras hasta el salón. Una vez encontré el teléfono de la casa, miré todas las llamadas con ya Alec a mi lado salido de la nada.

13 llamadas perdidas de mi tía, 8 mensajes de voz.

Con rapidez, pulsé una de las llamadas para devolvérsela.

-¡Rachel por el amor de Dios! ¿Dónde estás? -sonó su voz a través del altavoz del móvil.

-Hey tía Alice -sonreí nerviosa pese a que ella no pudiera verme- nada, simplemente he estado ocupada estudiando en mi habitación, no había mirado el móvil.

-Dios mío Rachel, ¿y su hubiera pasado algo? Tienes que estar pendiente de esas cosas cuando estoy fuera -resopló.

-Lo sé... Lo siento.

-Que no se vuelva a repetir, ¿de acuerdo?

-Vale... ¿Cuándo vuelves?

-Estoy de camino.

-¿Qué? -abrí mis ojos como platos para mirar a Alec, quien me dio una mirada de confusión.

-Pues eso.

-No tía Alice, ¿cómo vas a venir hoy?

-Tengo ganas de volver a casa, además, no tengo reuniones hasta dentro de dos días.

-Qué gasto de gasolina... Si fuera tú me quedaba allí.

-Rachel, ¿se puede saber por qué tanto interés en que no vaya?

-Nada... Sólo que estoy estudiando y contigo aquí pues...

-Sí, será eso -rió- dentro de una hora nos vemos, adiós -dijo con voz divertida antes de colgar.

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