Capítulo 17. "Puedo protegerme yo mismo"

349 24 1
                                    

Mi corazón se encogió de tal forma que no podía ni respirar, sólo quedarme paralizada. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas cuando vi a Alec caer al suelo.

-¡Alec! -grité desesperadamente y me acerqué a él, poniéndome de rodillas sobre su cuerpo, que ahora yacía en el suelo-

Cogí la nuca de Alec y me ayudé a elevar su espalda para despojar su chaqueta de cuero, dejando a la vista la camiseta blanca lacada en besos rojos que vestía, toda la sangre que desprendía la herida de la bala.

-Dios mío -dije dejando una lágrima caer-

Apoyé la cabeza de Alec sobre mi brazo en jarra y posé una mano sobre su cara dando leves golpecitos a su tersa piel.

-Alec, despierta, por favor -dije agitada- 

Alec comenzaba a gemir con un ceño fruncido y gesto de dolor, lo que encendía en mí la luz de la más brillante esperanza.

-Alec -dije acariciando su rostro con suavidad-

-¿Mamá? -dijo con sus ojos entrecerrados-

Solté una pequeña risa que inundó mi pecho de felicidad, presionando mi corazón de una forma totalmente placentera.

-Dios mío estás bien -besé su frente-

Alec intentó reincorporarse, acto que falló y volvió a dejar caer su cabeza sobre mi brazo, tosiendo.

-No, no, no hagas esfuerzos -dije atenta- tenemos que encontrar una forma de ir al hospital.

-¿Qué? ¿Al hospital?

-Sí, dónde se cura a la gente ya sabes -dije obviando el sentido de la frase-

-No pienso ir ahí, estoy bien.

-¿Que estás bien? Alec mira tu hombro.

-No le pasa nada -comenzó a levantarse-

-Alec ten cuidado, por favor.

-Tranquila nena, ya te he dicho que estoy bien -hizo una mueca y presionó su herida, quedando así, su mano empapada de sangre-

-Tiene que verte un médico -cogí su mano-

-Rachel, ya te he dicho que no -cerró los ojos y negó con la cabeza- van a saber que es herida de bala, con lo cuál vendrá la policía a comprobar si quiero denunciar y buscar al agresor, ¿pero sabes qué? Me cazarán porque me llevan buscando desde hace años.

Bajé la vista al suelo y asentí, no había pensado en eso. Me sentí estúpida ante mi idiota idea de entregar a Alec a la policía inconscientemente.

-No puedo dejar que te quedes así -dije mirándole, ahora con lágrimas en mis ojos-

-Nena -Alec cogió mi cara entre sus manos- estoy bien, todo va a estar bien, ¿vale?

Asenti, cogí una de sus manos y la besé con mi ojos cerrados, para retener el momento, para sentirlo.

Alec suspiró y pese a que mis ojos se encontraban cerrados, pude ver como sonreía.

-Ahora vete.

Alcé la vista y le miré incrédula. No iba a permitir que se quedara aquí solo, no podía, mis pies estaban anclados a sus pasos, mis pisadas eran más seguras si descansaban tras las suyas.  Negué con la cabeza y Alec asintió con la suya, sus ojos parecían apenados pero a la vez convincentes.

-No voy a dejarte aquí sólo, no puedo.

-.Rachel, voy a estar bien, no te preocupes -esbozó una pequeña sonrisa- sólo vete.

My Immortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora