Capítulo 12. "¿Así que soy bipolar?"

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Alec me dirigió hacia la salida y no vi ningún vehículo con el que poder ir hacia mi casa.

-¿Has devuelto la moto?

-Antes muerto -hizo una mueca- ya sólo es chatarra.

-¿La has abandonado?

-Y más cosas...

Comencé a tiritar por una ráfaga de frío que me bañó de cabeza a pies. Alec se percató de ello y pasó su mano por mi brazo febrilmente.

-¿Tienes frío?

-Un poco sólo -dije con ironía, lo que hizo que él sonriera-

-Ten -dijo quitándose su chaqueta de cuero marrón y ofreciéndomela-

-Oh no, no hace falta -negué con la cabeza y rodeé mi tronco con mis brazos-

-Rachel, coge la chaqueta, te vas a helar. 

Rodé los ojos y cogí su chaqueta para vestirla. Olía tan sumamente bien que me hizo viajar hasta la nube 9, su olor me debilitaba a la vez que me daba fuerzas para cualquier cosa.

-Te sienta mejor que a mí -sonrió-

-¿Me espías o algo?

Alec frunció el ceño.

-Una chaqueta de cuero marrón, hasta combina con lo que llevo -reí-

-Casualidad -se encogió de hombros-

-Y dime, ¿cómo vas a llevarme hasta mi casa?

-Tienes dos piernas preciosas y un culo respingón, muévelos. -me guiñó un ojo y comenzó a andar-

-Prefiero ir sola -rodé los ojos y cogí un camino diferente-

Notaba los pasos de Alec detrás de mi, cada vez se aceleraban más para alcanzarme. De hecho me alcanzó poniéndose delante de mí y cogiéndo mis piernas hacíendome caer sobre su hombro y la longitud de su espalda.

-Te dije que te llevaría a casa -rió-

-¡Suéltame! -dije golpeando su espalda-

-No malgastes fuerzas.

Podía notar como en ese momento sus ojos se posaron sobre mi cercano trasero, me ruboricé ante la idea de que mi culo estuviera tan cerca de su cara; aunque yo no me quedé atrás y repasé el suyo con cautela, tenía mejor culo de lo que creía.

-Alec, bájame -dije pataleando-

-Odio los lunes -negó con la cabeza-

Metí mis dedos en la cinturilla de sus vaqueros y comencé a bajarlos. Comencé a sentir el tacto de sus calzoncillos y qué menos de su trasero. 

-Ey, ey, ey, ¿qué haces? -dijo con algo de agobio-

Me reí por última vez y pegué un fuerte tirón cómo pude a sus vaqueros haciéndolos caer hasta casi sus rodillas.

-¡Eh! -Alec se detuvo dejándome en el suelo y subiendo sus pantalones-

-Ya no eres tan machito eh -reí-

Alec comenzó a reír y negar con la cabeza.

-Esa ha sido buena, debo reconocerlo nena. 

-Lo sé -sonreí-

-Qué mejor que tú bajandome los pantalones.

-Adiós Alec.

Me giré y comencé a caminar lejos de él, hacia mi casa que en estos momentos añoraba tanto.

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