Capítulo 15. "Encontrarme y perderme con sus ojos"

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-¿Tuya? -reí-

-Exacto.

-Yo soy muy mía -le dí la vuelta y ahora él quedaba contra las taquillas-  de nadie más.

-¿Ah, sí? -sonrió- está bien, pero si no eres mía, no eres de nadie más.

Rodé los ojos y sonreí-

-Me tengo que ir a clase, luego te veo.

-Que tengas un buen día nena.

Me giré y le sonreí para seguir con mi camino a clase. El día no pudo ser más aburrido.

 **

Por la tarde estuve en mi casa, haciendo deberes sin nada más interesante que hacer. Al salir, ni rastro de Alec, cosa que me extrañó muchísimo aunque tampoco le di importancia, él no tenía por qué estar siempre encima de mí. Ni yo quería eso.

Sobre las siete de la tarde comencé a escuchar ruidos y pasos sobre la madera de mi porche. Megan, que estos días se estaba quedando en mi casa, bajó de mi habitación parándose en los últimos escalones de la escalera, yo estaba ya en el recibidor.

-¿Has oído eso? -dijo Megan-

-Sí -nos miramos con preocupación reflejados en nuestros ojos-

-Yo saldré -dijo Megan dirigiéndose a mí-

-No, no, saldré yo.

-Bueno, las dos.

Suspiré y asentí.

Abrí la puerta y ambas nos pusimos en el marco de la misma contemplando el exterior de la casa. Nos miramos y salimos al porche sin perder detalle de cada centímetro de él.

-¿Crees que será él? -sabía perfectamente a quién e refería-

-No lo sé -dije confundida- , no creo que haya descubierto dónde vivimos.

De nuevo la madera se escuchó crujir, pero esta vez en el techado que cubría el porche. Miramos hacia arriba, podía notar que Megan estaba muerta de miedo y yo no me quedaba atrás. Caminamos por el porche buscando la causa de esos ruidos. Nada. No había absolutamente nada.

-Megan, iré a mirar por detrás de la casa.

-¿Qué, estás loca? No Rachel -dijo sujetándome por el brazo-

-Vamos Megan tu investiga por aquí, yo lo haré por la parte de atrás.

Megan cerró los ojos buscando una respuesta, los abrió y miró a su alrededor para luego volver a clavar sus ojos en mí.

-Ten cuidado.

-Lo mismo digo.

Rodeé su cuello regalándole un tierno abrazo, quizás esta sería la última vez que nos viéramos, quizás al estar a punto de girar hacia la parte de atras rectificaba. Quizás. Nos separamos y comenzamos a dispersarnos, yo hacia la parte de atrás y Megan por toda la parte delantera. Al girar toda la parte de atrás estaba completamente oscura, cosas del invierno que ya fuera de noche a tal hora. Ni un rayo de luz de la parte del porche se colaba en ella, todo totalmente negro.

El miedo invadió mi cuerpo llenándome a la vez de dudas. ¿Debía arriesgarme?. Regresé a la parte de alante y en la ventana había una linterna, comprobé si tenía pilas y efectivamente las tenía. Con el miedo enquistado en mí, giré la esquina y me comencé a adentrar en la oscuridad de la parte trasera de mi propia casa. Con la linterna apuntaba a todas partes, la luz que se reflejaba parecía gelatina, moviéndose en el mismo sitio ya que mi mano no paraba de temblar. Escuché unos pasos detrás de mí y fue entonces cuando miles y miles de preguntas rondaron mi cabeza. ¿Megan?, ¿El cazador? ¿Iba a morir? O... ¿Tan sólo sería un perro? Un gato o qué sé yo. Mi respiración no podía ser más irregular, mi corazón estaba loco, latiendo sin control. Mis piernas no eran piernas, eran montones de gelatina.

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