10 OCTUBRE, 1952

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Akela Clark

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Akela Clark

Me había sentido adormilada y como llevaba unas noches del asco, pensé en esto como algo bueno, diciéndome a mí misma que al final del día podría dormir de lo que como les digo, habían sido malas noche.

Durante el día, sentía, un cúmulo de cansancio sentía mis parpados cerrarse, mis manos temblar, por pequeños momentos de día, cuando cerraba los ojos, me relajaba, pero al abrir los ojos me daba cuenta de que ya habían pasado todos los minutos del mundo y yo solo estaba dormitando.

Al caer la noche, agradecía internamente poder volver a la cama y comenzar a dormir como tanto había querido hacerlo en el día.

Sin embargo, apenas mi cabeza rozaba la almohada, mis ojos se abrían y toda pizca de sueño que hubiera tenido antes, se esfumaba.

Y ahí comenzaba un periodo en donde mis ojos solo se cerraban al parpadear y mi cuerpo comenzaba a odiar toda postura posible en la que me acomodara.

Daba vueltas en la cama hasta darme cuenta de que igual que la noche anterior, no lograría dormir. Entonces me resignaba, doblaba las piernas y me quedaba despierta viendo al techo con cansancio.

Pero cuando llegó la noche, después de haber platicado con Park en la cena, con la mente ya en las nubes, me acomode en la diminuta cama, aunque no importaba que tan en blanco estuviera mi mente, no podía conciliar el sueño, era una maldición, porque en serio estaba cansada, y en serio quería dormir.

Cada posición era más incómoda que la anterior, y parecía que, en los pocos segundos de relajación absoluta, algo me daba un bofetón que me regresaba a la vida. Imagine que era algo normal, que tal vez me presionaba para dormir.

Pasaron dos días y yo no pude dormir, las pesadillas me invadían los pocos momentos en que dormía, los otros, solo regresaba al limbo entre el ser y el no ser.

Así que derrotada, enojándome porque tendría que darle la razón a Park quien no se cansaba de decirme que solo checara con el doctor si todo iba bien, es que pedí a uno de los guardias atención médica.

Lo que le siguió fue un tanto extraño, o al menos así lo asimiló mi mente.

No es como que tenga todo claro, en sí, era el cansancio, aquella mañana, después del desayuno, pedí ir al doctor y fue en ese momento, en el consultorio, con el doctor, diciéndome que me checaría, es cuando me dijeron que tenía insomnio crónico (lo que sea que eso significara en verdad)

En pocas palabras, era insomnio diario. Su principal recomendación, fue dormir.

Dijo que era causado por estrés, en su mayoría, pero tras checar mi historial clínico y dar una rebasadita a mi problema, dijo que era de esperar, incluso, que era algo extraño que hasta ese momento comenzará a tenerlo.

Claro que eso de dormir era más fácil dicho que hecho y como no había fuerza humana o psicológica que me ayudara, terminaron dándome un calmante.

Fue rápido, en pocas palabras se lo dije al doctor.

—Doctor, que recomendación más barata.

Y claro, el doctor solo se me quedó viendo unos segundos en los que su extrañeza fue obvia, luego se encogió de hombros.

Me quedé en la enfermería unas horas, hasta que el doctor dijo que ya le habían dado permiso de darme un calmante, el cual, me entrego sobre una servilleta que se arrugaba sobre su mano.

Cuando llegó la noche, me tomé el calmante, y como era de esperar, al inició no me logró hacer nada, seguía bastante despierta, pero luego, simplemente todo se comenzó a volver borroso y en silencio, lo agradecí.

Park Fawcett

Los guardias comenzaron a prender las luces y a gritar, me levanté, pero no logré ver a Akela mirarme con desinterés, ya que, en la celda frente a mí, Akela estaba en su cama, hecha bolita, con los ojos cerrados, con el rostro en calma. No parecía despertar ni parecía querer despertar.

Me di cuenta, que los guardias no la movieron, ni hicieron el ademan de despertarla, incluso vi a uno sonreír cuando ella no se despertó.

Cuando me hallé juntos a uno de los guardias, decidí arriesgarme y pregunté por qué no la levantaban.

—Tu amiga, no se sentía bien, le tuvieron que dar un calmante -contestó.

«Al menos decidió ir al doctor —pensé —Al menor me hizo algo de caso» 

«Al menos decidió ir al doctor —pensé —Al menor me hizo algo de caso» 

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Premisa del siguiente cap: prepárense para un avance!

La hora de que al fin mejoren un poco.

P.d. lo sé, cap corto, pero pudo ser peor. Ahora son 800 palabras y antes 400, así que yujuuu.
Aparte, se vienen cosas fuertes, dejenme darles algo de calma antes del estallido.

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«Exacto, solo queremos saber que se siente estar con alguien con un cuerpo tan bello como Clark... Wow, se siente raro, siempre que hablamos de Clark pienso en Morgan Clark, no en Clark Junior.

Josué rio ante el comentario de Gerald, Carl le lanzo una mirada asesina y Gerald solo rio más alto. Yo hice una mueca.»

Los amantes de Alcatraz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora