23 DICIEMBRE, 1952

103 24 2
                                    

Park Fawcett

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Park Fawcett.

A veces, era difícil conciliar el sueño en Alcatraz, no todos éramos Akela, no todos recibíamos un calmante en la noche.

Pensaba en Akela, en lo mucho que quería romper los barrotes, desaparecer en una nube de polvo.

Antes de ella, solo quería que los años pasaran, solo quería fingir que el encierro era soportable y que lo lograría aguantar los siguientes trece años, pretender que estaba bien y que después, saldría y viviría lo que aquí no pude.

Pero entonces, había llegado ella, en un impulso me había acercado y, después de verla apuntarle con una cuchara a un preso, supe que seríamos amigos.

Ahora en realidad no sabía que era lo que sentía por ella.

Cerré los ojos con ganas de dormir, pero no, no podía, recordar sus mejillas rosas mientras hablaba, sentir su aliento cerca mí, escuchar su risa al llamarle mí amor. Recuerdo en aquel momento, haber deseado poder besarla.

Poder jalarla a algún rincón, besarla y sentirla, saber que en realidad, lo que sentía por ella, era mutuo.

Akela Clark.

—¿Libro favorito? —preguntó Carl junto a mí, Park rodó los ojos con la pregunta y yo oculté una sonrisa.

—Orgullo y prejuicio —dije repitiendo la respuesta que hacía poco le había dado a Parker.

—Hamlet. —Park tiño sus orejas de color rosa al ver a Carl poder responder, cuando en su momento, él no había podido.

—¿Hamlet? —preguntó Park tomando un gran sorbo de agua después.

—Sip —contestó —De Shakespeare.

—¿Shake qué? —Ahora yo tomé agua, evitando burlarme de él.

—Un escritor inglés, Park —dije yo dirigiéndole una pequeña sonrisa, consciente de mi pie envuelto entre sus piernas, consciente de que era un secreto entre nosotros. —En realidad, uno bastante famoso.

El rodó los ojos con burla.

—Ni tanto porque no lo conozco.

Carl le sonrió, yo bajé la mirada y comí, evitando reírme.

—Ya te he contado de Hamlet —le dije —De hecho, varias veces.

—Yo también lo he hecho —dijo Carl hacía el. —Tantas veces que no puedo ni contarlas.

Sonreí.

—¿Pintura favorita? —dijo Carl mirándome.

—La venus de Botticelli —contesté, recordaba a papá decirlo, recordaba su mirada en la pintura.

—Dante y Beatriz de Henry...

—Holiday —dije, él sonrió y asintió.

En realidad, Carl me caía bien, era el tipo más listo que conocía en Alcatraz, todos los temas de arte e historia los conocía, de hecho, los dominaba.

Park era un polo opuesto de él, era un polo opuesto a mí.

Me gustaba eso, me encantaba ser yo la que le tuviera que explicar la historia de cada una de las pinturas.

—¿Quiénes? —rodeé los ojos al oírlo.

—Dante y Beatriz. También te he hablado de ellos —dije viéndolo con burla.

—Los que se mataron mutuamente, ¿no? —había empezado a tomar agua, pero la terminé escupiendo toda en el vaso al oírlo.

—¿Bromeas? —dije mientras Carl se cubría la mano con la boca al reír.

—¿Eran los egipcios donde ella lo mataba a él?

Con la servilleta en la boca, solté aire en una risa, me arqueé ligeramente hacia delante y el frunció más el ceño.

—Los que se mataban eran Romeo y Julieta, los que ella mata es Cleopatra y Marco Antonio —dije viéndolo.

—¿Entonces?

—El de la chica que muere y él la va a buscar por los niveles del infierno —dijo Carl todavía sofocado de la risa.

—¡Ah! Ellos —dijo, y yo tuve que aguantar las ganas de carcajearme frente a él.

No pudimos seguir la charla, nos interrumpió el bullicio de todos regresando a su celda, por lo cual, Carl se levantó del asiento y nos dijo que ya era hora.

Yo miré a Park.

—Ya te he hablado de Dante y Beatriz —susurré mientras movía el pie que el sujetaba entre los suyos.

—¿Segura?

Asentí y el movía las cejas de una manera muy sutil, casi imperceptible.

—Hay que irnos —susurré y el asintió, pero sus ojos seguían sobre los míos, sus piernas seguían envolviendo mis pies.

—Sip.

Pero no nos movimos, como si hubiera un conjuro sobre nosotros, como si mirarnos pudiera ser eterno. 

Agarren sus gorritos de santa, porque navidad llega!--

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Agarren sus gorritos de santa, porque navidad llega!
--

«Eso me dejó pensando, siempre había pensado en escapar porque era lo que debía de hacer, porque no me gustaba ser un animal enjaulado. Pero, en ese instante, una rápida y fugaz ráfaga de pensamiento paso por mi mente, podía estar equivocada, pero pensé que en parte, quería escapar para no tener contados los días con Park a mi lado. »

 »

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los amantes de Alcatraz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora