Capítulo 2 (E)

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—Estoy nervioso —Alex murmuró.

—¿Crees que será muy diferente? — pregunté mirando por la ventana.

—¿La verdad? —me miró de reojo—, creo que sí.

Suspiré con pesadez. Es verdad, tampoco espero que sea el mismo chico que conocí. Los nervios se juntaron en mi estómago, la curiosidad de saber el ambiente que rodea la manada, la manada que en algún momento fue considerada como mía.

—Ventana —la voz de la pequeña se hizo presente—, hace calor, papá —se quejó.

—Ya, cariño —Alex se ríe—, pero quédate sentada —la miró por el retrovisor—, y no te retires el cinturón —regañó frunciendo el ceño.

—Te pondrás viejo, papá —la pequeña se burla.

—Mama —la pequeña llamó mi atención—, Black no deja de maullar.

—En la mochila traje comida para Black —la miré—, ¿le puedes dar?

La pequeña asintió emocionada, abrió la mochila y sacó un pote que tenía comida de gato. Se acomodó en el asiento y abrió la malla para dejarle el alimento a Black, lo cerró y me miró alegre.

—Muy bien, pequeña —hablé sonriendo.

—Quiero llegar a una cama y dormir por días —Alex recostó la cabeza en su hombro—, estoy cansado —murmuró.

—Hemos estado ocupados toda la semana —respondí concentrada en el paisaje—, veremos la bienvenida que tendremos en la manada.

—Estamos por llegar —informó.

Nada había cambiado.

Mis nervios aumentaron, respiré controlando mis emociones.

—Aparcamos aquí el resto del camino vamos a pie —Alex detuvo el auto.

—Papá, ¿vamos a ver al tío? —la pequeña se quitó el cinturón.

—A Cam lo veremos pronto, pequeña — la miré.

Bajamos del auto, caminé al maletero y saqué la capa negra, Alex tomó a la pequeña y la casita de Black.

Me puse la capa y sin esperar más comenzamos a caminar
Entrecerré los ojos desconfiada, la entrada de la manada estaba desprotegida, no había guardias.

—Esto es raro —Alex murmuró serio—, la entrada nunca estaba desprotegida. La seguridad se había aumentado.

Caminamos dentro de la manada en silencio. Analicé el lugar con cuidado.

Voces lejanas se hicieron escuchar, los gritos de un hombre fueron los que me confirmaron de la presencia de la manada.

Busqué en el bolsillo de mi pantalón unos audífonos, se los entregué al castaño, asintió y dejó a Black en el suelo, le puso los audífonos a la pequeña y los conectó con su celular.

Caminé dejándolo atrás, le hice una seña que esperará ahí. Los gritos se escuchaban en la parte que se reunían para los castigos en los momentos que el castigo era publico y llamaban a toda la manada.

Me detuve detrás de un árbol grande que había, miré a la multitud a muchos los reconocí. Había un tipo de tarima en donde estaba un hombre, sus manos estaban atadas con cadenas, su rostro y cuerpo manchados de sangre.

Dos guardias jóvenes se acercaron rápido al hombre, uno de ellos tomó su mandíbula y le dio agua de una botella, el otro limpió su rostro. Se miraron y bajaron rápido junto a la multitud. Las personas retrocedieron un paso y bajaron la cabeza, sus manos se escondieron detrás de su espalda.

Luna Negra [... El Final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora