Capítulo 25

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Los días pasaron, Dexter y yo nos mantuvimos en la cabaña. Fuimos a la cuidad y salimos junto a Black y Moon.

Los días pasaron normales, mejor dicho, felices. Mi pierna aun dolía, pero ya se estaba recuperando, tenía a un buen enfermero a cargo y eso me dejaba más tranquila.

Traté de hablar con mis padres, pero me dijeron que estaban en una misión y mi hermano había salido.

Zali y Sean mantenían informado a Dexter de todo lo que pasará en la manada y los miembros pedían que su Alfa volviera.

Pero la tranquilidad y felicidad duro solo estos días, el juicio había llegado y hoy le daban la sentencia definitiva. Mis nervios y preocupación aumentaron cuando me enteré, mientras Dexter se mantenía tranquilo.

Sus brazos rodeaban mis piernas y espalda, caminaba con calma entre el bosque. Mi oreja reposaba en su pecho, sus latidos golpeaban mis tímpanos, latidos serenos.

Al cabo de unos largos minutos la entrada de la manada se hizo presente.

- ¿No es peligroso que estemos aquí? – pregunté.

- La manada aceptó cuidarte mientras estoy en el juicio – informó tranquilo.

Suspiré sin reprochar. Sus pasos se adentraron a la manada, las personas que nos encontramos de paso hicieron una leve reverencia con la cabeza y nos siguieron con la mirada hasta que entramos a la mansión.

- ¿Cómo están? – Zali fue la primera en hablar.

Ninguno de los dos respondió con palabras, solo asentimos dejando la respuesta al aire. Entró a la sala y me dejó en el sillón.

- Cuídenla mientras estamos fuera – Dexter pidió a las chicas.

- Está bajo nuestra protección, Alfa – las chicas hablaron al unisonó.

- ¿Debería decirte Alfa ahora? – mi lobito preguntó mirando a su hermano.

- No vengas con estupideces – Sean respondió sin gracia – despídete y vamos –

- Nos vemos en unas horas – se despidió hacía nosotras.

Se acercó a mí, tomó mis mejillas y deposito un beso la punta de mi nariz. Sonrió pacífico antes de dar media vuelta y salir junto a su hermano. Nos quedamos las chicas, Harry y John en la sala, en un silencio un poco incómodo y a la vez cómodo.

- Roguemos a la Diosa que todo salga bien – Harry murmuró.

- Estoy nerviosa – Zali replicó sin quitar la mirada de la entrada.

- Luna – John se dirigió a mí – tenemos información acerca del Príncipe Mael –

- Habla – lo miré interrogante.

- El Rey a impuesto un castigo sobre su hijo menor por traición – informó.

- ¿Cuál es el castigo? –

- Se le prohibió la sangre, es castigado dos veces al día con diez latigazos dados por su hermano mayor – hizo una pausa – y quemaduras por ajo – habló serio.

- ¿Enserio? – mi ceño se frunció ante lo último.

- Lo último es broma, pero lo anterior no – informó en el mismo tono.

- Puedes reírte – rodé los ojos.

Soltó una risa y recompuso su compostura, Harry se posicionó al lado de John.

- Hemos tratado de crear un plan para el rescate del Príncipe menor, pero no lograremos traer a todos con vida – Harry intervino.

Suspiré desviando la mirada, tensé levemente mi mandíbula y los miré uno por uno.

Luna Negra [... El Final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora