Especial: Dexter

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Mientras peleaban por decidir si la rosa roja combinaba estaba frente al espejo mirando mi cabello.

- ¡Cállense! ¡Alexia los va a escuchar! – Brad exclamó separando a Sean y a Alex.

- ¡No escuchamos nada! –

De la habitación de al lado mi cachorra gritó dejando en silencio a los chicos. Reí a lo bajó.

- ¿Creen que debería arreglarlo? – moví mi cabello sin saber cómo dejarlo.

- Ve y pregúntale a la novia – Sean miró a Brad.

- No corresponde – respondió haciendo una mueca.

- Ve, estaremos una hora aquí de lo contrario – Alex bufó.

Brad salió de la habitación y a los pocos minutos volviendo sonriendo.

- Dijo que llevaras uno de los piercings – comentó – y pelo desordenado –

Acaté su orden y después me miré por última vez.

- Vas bien, hermano – Sean palmeó mi hombro.

- Mi hermanita quedará embobado contigo – Duncan alzó el pulgar.

- Tenemos que llegar antes que mi cachorra – hablé caminando a la puerta.

- Pero no tan antes – Sean miró el reloj hablando a lo bajo.

Los chicos rieron y salieron de tras de mí. A los minutos llegamos y saludamos a las personas presentes, me quedé junto al juez, mi madre y mis suegros.

- Hijo – mi madre se acercó.

La miré, de su ceja a su labio tenía una herida cicatrizando, su brazo tenía algunos cortes a causa del daño hecho por Heider y Ciro.

- Permíteme estar hoy contigo – pidió sin dejar de mirarme.

- Eres parte de la manada, puedes estar – comenté.

Miré al frente, en mi campo de visión su silueta dio media vuelta con angustia.

- Madre – la llamé sin mirarla – sigo estando agradecido contigo por todos los años de cuidado y apoyo – la miré de reojo – gracias –

Me sonrió caída y asintió.

La música comenzó a sonar, miré a las dos personas que estaban paradas. Su cuerpo era resaltaba por un vestido azul y su cabello negro relucía entre la tiara plateada.

La miré de pies a cabeza repetidas veces, viéndola cada vez más cerca y hermosa. Sentí la boba sonrisa en mi rostro sin poder controlarla, la vi borrosa por unos segundos dándome a entender que mis ojos se cristalizaron.

- Me siento un completo mortal teniéndote frente – murmuré sin poder evitarlo.

Una vez la tuve frente a mí el instinto de besarla se apoderó de mí y me acerqué a ella. Antes de lograr mi cometido el juez me detuvo.

Me alejé avergonzado y atontado por la belleza que tenía frente a mí. El juez comenzó a hablar, palabras que eran opacadas por la belleza de la diosa que tenía delante de mí.

Los votos pasaron entre carcajadas, a cada segundo trataba de quitar la mirada de mi cachorra, pero era imposible. Si al día a día su belleza era notoria, hoy me había terminado de flechar.

- Al parecer tendremos una buena pareja en un futuro – el juez habló riendo.

Reí ante las palabras del juez y la afirmación de mi lobo.

Mi cachorra tomó mi mano y puso el anillo, en el dedo incorrecto, reí sin dejar de mirarla, sus mejillas se ruborizaron y volvió a poner el anillo.

- Es hermosa – Derek habló embobado.

Luna Negra [... El Final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora