Capítulo 10 (E)

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Los gruñidos del Alfa resonaban en el despacho, los chicos mordían sus labios para no reír y mantenían la cabeza agachada.

Miré al moreno, sus brazos cruzados sobre su pecho, su mirada fija en mí y una de sus piernas cruzadas sobre la otra. El hecho que su mirada estuviera fija en mí me complicaba mantenerme seria.

—¿Alfa? —Sean calló de inmediato.

Infló sus cachetes e hizo una mueca rara y bajó la cabeza. John da un paso al frente, miró al Alfa y volvió a retroceder apretando más fuerte sus labios.

—Alfa, con permiso, tengo que dar de comer a Liv —Zali habló con normalidad y salió de la habitación.

—Con permiso —hablaron sin levantar la cabeza.

Dieron un paso atrás y Harry soltó una carcajada, tapó su boca con su mano y nos miró con el rostro rojo. Los chicos lo miraron y estallaron en risas.

—Perdón, hermano —Sean golpeó su rodilla exagerando su risa.

—¡Largo de una vez! —gruñó molesto mirando a los chicos.

Se pusieron como tomate inflando sus cachetes, se miraron y corrieron a la entrada. El Alfa me miró serio, su lengua golpeó el interior de su mejilla, desvié mi mirada al frente y una mini sonrisa ladeada se asomó.

—¿Te vas a reír o te terminarás de ahogar? —preguntó molesto.

Reí ocultando el rostro y lo volví a mirar una vez me calmé.

—Oh, vamos —me levanté—, admite que fue gracioso —caminé hasta el escritorio.

Entrecerró los ojos y me examinó con la mirada, gruñó a lo bajo y dejó sus brazos sobre sus piernas.

—¿Te pareció gracioso? —preguntó, asentí—, tengo una sanguijuela en mi manada y tiene el descaró de llamarme garrapatas, le voy a cortar la cabeza y la querida humana se pone al frente y me agarra de la oreja enfrente de todos ¿eso te parece gracioso? —habló entre dientes.

Mordí mi labio inferior y asentí cautelosa, mis manos permanecían juntas delante de mis piernas, gruñó molesto, desvió la mirada y relamió sus labios.

—Vamos, Alfa, te advertí que estaba de nuestro lado y debiste darte cuenta que lo iba a proteger desde que llegó a la manada —rodeé el escritorio hasta quedar frente a él.

—Debieron haberlo matado cuando pudieron —murmuró entre dientes sin mirarme.

—Una sonrisita —lo miré tierna, bufó—, una sola —hice un puchero y gruñó.

>> Sé que quieres reír, Alfa —bajé mi rostro hasta su altura—, ¿una? — murmuré sonriendo.

Gruñó y desvió el rostro, tomé sus mejillas entre mis manos y lo obligué a mirarme, con mis manos jugué con sus cachetes formulando una sonrisa.

—Mira si te ves bonito sonriendo —hablé divertida formulando otra sonrisa con sus cachetes.

—Humana, suéltame —quitó su rostro.

—Una verdadera y te dejó tranquilo — hablé tomando otra vez su rostro.

—Quita tus manos —movió su rostro.

Tomó mis muñecas y empujó su cuerpo para atrás, con el mismo impulso mi cuerpo se fue hacía delante y caí sobre sus piernas, seguí jugando con sus mejillas hasta que terminó riendo.

Sonreí mirándolo, me miró y su risa fue cesando de apoco, miró la posición en la que estábamos, bajé la mirada dándome cuenta que estaba sobre su regazo, quité mis manos y aclaré mi garganta.

Luna Negra [... El Final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora