Luna Negra [... El Final]

Capítulo 41

....♡....

Miré a mi lobito sin aburrirme de admirar su semblante serio concentrado sobre los papeles. Sean estaba frente al escritorio leyendo otros papeles. Zali y yo estábamos admirando a nuestros chicos trabajar.

Pasaron los minutos y noté la respiración de mi lobito acelerarse, fruncí el ceño sin dejar de mirarlo. Ambos hermanos levantaron la mirada al mismo tiempo y se miraron por algunos segundos.

Sean se levantó y al igual que su hermano tenia la mirada seria, miró a Zali y ella se levantó.

- ¿Qué les pasó? - pregunté después que la puerta fue cerrada.

- Nada - respondió sin mirarme - deberías salir - murmuró a lo bajo.

Me levanté confundida y me acerqué a él, apoyé mi mano en el borde del escritorio y lo busqué su mirada, levantó la suya y la apartó al segundo.

- Debería irme - se levantó dejando los papeles desordenados sobre el escritorio.

- ¿Qué mierda te pasa? - pregunté seria.

- No me sigas - murmuró en voz ronca.

- Mal consejo, lobito - murmuré comenzando a caminar detrás de él.

Unos pasos más lejos del escritorio, se detuvo.

- Hablo enserio - se giró para mirarme.

- ¿Qué pasa? - alcé una ceja esperando una respuesta.

Sus ojos se cerraron con fuerza y retrocedió unos pasos. Su respiración se volvió pesada y negó repetidas veces.

- Sal y ve a la cabaña, no vuelvas en unos días - habló con dificultad.

Me quedé quieta esperando a que me mirará. Sus iris se alzaron con lentitud. Rojo me consumía de pies a cabeza. Tragué saliva al entender que le pasaba.

- Vete -

- ¿Me quieres lejos, Alfa? - solté una sonrisa ladeada.

Se acercó a paso lento, alcé la cabeza y él encorvó la suya hasta quedar lo más próximo a mí.

- ¿Recuerdas como quedaste la última luna llena? - su mano acarició mi mejilla - cachorra, en ese momento no estábamos bien y casi rompo la mansión - me analizó - y a ti - hizo una pausa - vete antes que me arrepienta al término de luna llena - su semblante serio y casi frío me miró fijo.

Sus pupilas estaban dilatadas dejando ver solo un poco del borde rojizo, en algún lugar ya casi inexistente había algún color cielo.

- ¿Y torturarte cuando podrías estar dentro de mí? - pregunté rozando sus labios.

Su mano tomó con brusquedad mi cadera y me pegó a su cuerpo, su erección chocó con m vientre.

- En la mansión ya no hay nadie, cachorra - su prepotente altura me hacía sentir pequeña.

- Solo el lobo y la cachorra - susurré sonriendo - ¿el lobo le temé a la cachorra? - me burlé.

Jadeé al apretón que dio en mi cintura, mi pecho chocó con el suyo y gruñó en respuesta.

- Podría meter mis manos bajó la polera y jugar contigo de inmediato - su voz ronca advirtió al darse cuenta que no llevaba sostén.

- ¿Te da miedo? - volví a burlarme - el gran Alfa de Alfas le temé a unos pechos - sonreí burlona y me alejé un poco.

Gruñó, tomó mi cadera y volteó mi cuerpo. Pegó su pecho con mi espalda y me hizo avanzar unos pasos hasta quedar frente al escritorio. Su mano empujó mi espalda dejando mi pecho sobre el escritorio.