𝓘𝓷𝓼𝓸𝓶𝓷𝓲𝓸 [𝐂𝐡𝐢𝐟𝐮𝐲𝐮 𝐱 𝐎𝐜] [𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐒𝐮𝐧 #𝟏]

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"No estás solo"

La primera vez que se detuvo mi corazón fue cuando tuve esa sobredosis... No dormía bien después de eso, dormitaba y me despertaba algunos minutos después.

Me sentía culpable, de alguna manera me comenzaba a culpar de todo por esas épocas. Creía que lo de mamá era mi culpa, por mucho tiempo lo creí así. Estaba segura en ese momento de mi vida que lo que me sucedió de pequeña era mi culpa, no podía verme al espejo sin sentirme culpable. Enloquecía en ese momento de mi vida.

No sé cómo llegaron las marcas de mis muñecas, y piernas, solo sé que fue una vez que ni siquiera recuerdo bien... Creo que intentaba suicidarme, pero por alguna razón no lo recuerdo del todo, prefiero que sea así, me desconozco y ni siquiera sé porque lo hice, me avergüenza esa parte de mi vida.

Storm acababa de llegar a mi vida después de esa sobredosis... Y todas las tonterías que hice.

En ese entonces no fui fuerte... Me quebré.

Era demasiado peso para mí y el insomnio no me ayudaba en nada. Fue como si un vaso de agua lleno se derramará con una gota de agua. Aprendí en esos años a vivir con mis demonios.

Si pudiera regresar al pasado, le daría un abrazo a mi yo de pequeña, le diría que nunca estaría sola... Porque entendí a la larga que, aunque no hubiera nadie a mi alrededor, me tenía a mí misma y eso era más que suficiente.

—Estoy aprendiendo a hacerte trenzas. —Escuche la voz de Chifuyu, quien estaba peinando mi cabello.

No nos habíamos visto por cuatro días desde el día que ese metal filoso atravesó mi vientre, esos días fueron una verdadera mierda.

—Claro que sí. —Me encontraba sentada en un sofá que estaba en la habitación.

Me había intentado levantar un poco, porque no podía conciliar el sueño por el ligero dolor en mi abdomen.

—Ya está. —Sentí como soltaba mi cabello, se hincó delante de mí, y me miró con una preciosa curva en sus labios.

Había algo extraño en su mirada, lo conocía y sabía que estaba mal con él. Su mirada me decía algo, el semblante de sus ojos estaba dañado, se había apagado de alguna manera; las piedras preciosas de sus ojos no brillaban como usualmente solían hacerlo.