𝓘𝓷𝓼𝓸𝓶𝓷𝓲𝓸 [𝐂𝐡𝐢𝐟𝐮𝐲𝐮 𝐱 𝐎𝐜] [𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐒𝐮𝐧 #𝟏]

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"Feliz cumpleaños Chifuyu"

Los días volaban como una bandada de aves, aunque volaron los días y se me fueron demasiado rápido, llevaba casi una semana sin dirigirle la palabra a Chifuyu... Le extrañaba y Kai ya había notado que nos habíamos pelado, sin embargo, se abstenía a preguntarme.

Me encontraba en mi cama, envolviendo su regalo de cumpleaños, ya que unas horas cumpliría sus catorce años mi novio. Por la tarde había reunido unas pequeñas piedras, para tocar con ellas su ventana como el año pasado, eran pequeñas para no romper o dañar su ventana.

Al terminar de envolver su regalo, camine a mi escritorio, saque una hoja de color blanco y escribir en ella una frase.

"¿Qué tal si me perdonas? No debí de haberte reclamado nada, ¿Sí? ♡"

La doble como un avioncito de papel, mire la hora, en el reloj que estaba en la pared de mi habitación, eran las once y cuarenta. Me acerque a mi armario con mucha calma, me coloque una chamarra encima de suéter, ya que estaba cayendo una ligera nevada, en ella guarde algunas piedras que recolecte. Tome mi bolsa de regalo, junto a mis llaves, y el papelito que le prepare.

Salí de mi habitación algo cansada, no sabía cómo iba a bajar con tantas cosas, suspiré tomando el ramo de prímulas rosas que le compré por la tarde. Abrí la puerta de la nevera, para sacar el pequeño pastel que le horneé en la tarde.

Tenía las manos llenas a más no poder, así que, al salir de casa, cerré la puerta empujándola con el pie. Baje con cuidado de no caerme los escalones hasta llegar a la planta baja, deje algunas cosas cerca de las escaleras. Saque mi teléfono para ver la hora, el cual guardaba en el bolsillo de mi pantalón, pronto serían las doce de la madrugada.

Con el ramo de flores y el avioncito de papel en manos camine hasta la parte del estacionamiento en dónde se encontraba la ventana de Chifuyu. Pude notar que aún tenía su lámpara de noche encendida. Saque un par de piedras y las arroje en su ventana, provocando pequeños ruidos, para que saliera a abrir la ventana. En cuestión de minutos, este se asomo por la ventana, me vio con serenidad asomándose por la ventana.

Por un momento me sentí como en las películas de la época dorada de México, los charros llevándoles serenata a sus amadas, esperando a que les abrieran la ventana la chica que querían. Solo que yo no le había traído serenata, apenas me había alcanzado para estás flores y su regalo. La economía para los jóvenes no nos alcanzaba para mucho.

Le lancé el avioncito el cual él recibió, y lo desenvolvió para leer lo que decía, se quedó unos segundos leyendo la frase que le escribí.

—¿Me perdonas? —Dije un poco en voz alta, para que me escuchará.

Le mostré el ramo de flores rosas que le compré, este sonrió un poco, al igual que yo. Sin más cerró la ventana sin darme respuesta alguna.

¿No funcionó?, Baje mi cabeza y regrese a las escaleras del edificio para sentarme en el segundo escalón. El peldaño estaba frío al tacto, suspiré un poco mirando mis pies, cerré mis ojos. No quedaba a de otra subir a su apartamento, para hablar con él. Estaba tan metida en mis pensamientos, que fui sacada de estos, cuando miré una cabeza de cabellera rubia apoyarse sobre mi hombro.