𝓘𝓷𝓼𝓸𝓶𝓷𝓲𝓸 [𝐂𝐡𝐢𝐟𝐮𝐲𝐮 𝐱 𝐎𝐜] [𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐒𝐮𝐧 #𝟏]

Especial

"Mi historia"

Recuerdo ver su tez pálida, las ojeras en sus ojos, su cabello caerse y sus labios secos.

Aunque son borrosas mis memorias, de alguna manera aún me acuerdo bien de verla en decadencia.

—¡Mami vamos al parque! —Ese día inocentemente entre al baño, y vi a mi madre tirada en el baño.

El inodoro estaba repleto de sangre y mi madre recargada en él. No podía aguantar el peso de mamá para sacarla del baño, pues era una niña de tres años.

Me puse a llorar sin saber que hacer, me bloqueé... Mi madre estaba desmayada en el baño después de haber vomitado un montón de sangre.

Recuerdo que James, el amigo de mamá, me dijo que me aprendiera una serie de números, me enseñó a usar el teléfono fijo de la casa para que le marcará por las noches y le contará algunas cosas, como que comí o si aprendí algo nuevo.

Corrí a la sala del apartamento en el que vivía con mamá, tomé el teléfono y comencé a marcar esos números con desesperación, mientras lloraba.

—¿Isabella? —Escuche esa voz.

—Mi mami está mal. —Hable entre el llanto.

—¿Yuna? Espera ya voy para allá. —James por mucho tiempo fue como una figura paterna para mí.

Esa fue una de las veces que mi madre colapso y yo entre en pánico... No sabía que hacer o cómo reaccionar, me asustaba ver así a mi mamá.

Meses después de ese incidente, fue la época navideña. Siempre veía las películas de navidad con ilusión de tener una navidad así, con una cena enorme, luces y un arbolito de navidad en la esquina de la casa. Quería estar con mamá y James pasando al menos una navidad decente... Sin embargo, las navidades las pasaba en el hospital con mamá.

Paso una increíble tragedia que me dejó marcada, algo que me guarde por años... La vez que me quitaron mi inocencia, la vez que tocaron partes que ni yo conocía aprovechándose de mi inocencia.

Recuerdo perfectamente como las ancianas de la habitación de enfrente tejían mi cabello en trenzas, ya que casi siempre lo traía suelto, mamá no podía peinarme porque estaba demasiado débil.

Miraba con emoción esos programas de repostería con ellas, le había prometido a mi madre hacerle un pastel cuando se mejorará, o al menos en su siguiente cumpleaños.

Cuando ellas peinaban mi cabello con sus manos, yo anotaba en una pequeña libreta ingredientes para un pastel de zarzamora, algunas instrucciones y demás cosas.

—¿Te gusta la repostería? —Pregunto esa mujer mayor.

—Claro, le prometí a mi mami que le haría un pastel en su siguiente cumpleaños, espero no quemar todo. —Respondí ingenuamente sin saber lo que pasaba a mi alrededor.