34. Vete.

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Los movimientos de Cale, que había intentado meterse entre las cobijas, se detuvieron.

Miró a Raon. – ¿Que?

Raon lo miró. – Choi Han, salió de la villa y se dirigió al bosque.

–.... ¿Llevaba su espada?

– ¡Si!

Cale maldijo internamente, sabía que algo pasaba con ese tipo.

Busco un abrigo y miró a los niños que no entendían su reacción.

– Quédense aquí.

– ¡Pero humano!

– Raon.

–....

– Estaré bien, iré a hablar con Choi Han, él no va a lastimarme.

Al menos eso espero, pensó Cale mientras miraba a Raon para convencerlo de que se quedara.

–.... ¡Está bien humano! Si pasa algo activa tu escudo.

– ¡Te esperaremos nya!

– Vuelve pronto nya.

Cale acarició las cabezas de los niños.

– Pueden dormir, volveré rápidamente.

Los niños de un promedio de 7 años solo le sonrieron, Cale salió de la habitación, bajando las escaleras se encontró con Ron, Beacrox e Ian.

Los tres lo miraban atentamente.

Cale suspiró.

– Quédense aquí, vuelvo en un rato.

– ¡Si Cale-nim! – Ian respondió con una sonrisa. – ¡Ah! Si te ataca, entonces le cortare una pierna. – también lo dijo con una sonrisa, Cale se estremeció, pero siguió avanzando.

– Joven maestro.

– Ron.

– Ese punk ha estado actuando extraño desde que nos reunimos luego de volver del reino Breck.

–.... ¿Es eso así?

Ron asintió con calma siguiendo los pasos de Cale.

– Si, desde que nos reunimos, no ha visto a los ojos de ninguno, ni una sola vez.

Cale se detuvo, giro y miró a Ron.

–.... ¿No ha cruzado miradas con ustedes?

– Ni una sola vez.

–....

– Tampoco a dicho mucho.

–....

– Además... – Ron se detuvo un momento y Cale frunció el ceño.

– ¿Qué pasó?

–... Cuando Lock enloqueció, al principio actuó igual que nosotros, pero hubo un momento...

– Habla.

Ron suspiro. – Luego de que pasarán varias horas y Lock no volviera a la normalidad, hubo un momento, en que sus ojos parecían decir que lo mejor era matarlo.

Cale cerró los ojos con fuerza.

– ¿Como si pensara que la forma de liberar a Lock era matándolo? – preguntó y Ron miró a su joven maestro cachorro por un segundo antes de responder.

– Sí. Fue sólo un segundo, pero pude verlo en sus ojos, luego pareció reaccionar y miró sus manos con horror, fue en ese momento cuando apareciste joven maestro.

¿Será que ahora si podré ser un holgazán?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora