¿Será que ahora si podré ser un holgazán?

19. Incómodo.

Ron estaba parado junto a la cama, luciendo su traje de mayordomo impecable, sus guantes y hasta su sonrisa benigna.

En sus manos había una taza de té, justo como cada mañana que atendía a Cale en el condado.

Como si nada hubiera cambiado.

Pero Cale lo sabía, sabía que todo había cambiado.

Y Ron también lo sabía.

–....

Ambos se observaron en silencio, luego Cale se sentó en la cama con calma y recibió la taza de té de manos de Ron.

– Buenos días Ron.

– ¿Durmió bien joven maestro?

– Sí.

On y Hong despertaron en ese momento y miraron a Ron con ojos adormilados, luego se sorprendieron y miraron a Cale.

Cale bebió el té con calma, agachó los ojos cuando él sabor a limón inundó su boca.

Ah, esto parece que no cambia.

Hans entró no mucho después, sus pasos se congelaron cuando vio a Ron en la habitación, Hilsman quién había estado en la puerta también parecía confundido, Cale enseguida noto que Ron no entró por la puerta, ni siquiera le sorprendió.

Miró a On y a Hong, ellos comprendieron y salieron con Hans.

La puerta se cerró y el silencio volvió a instalarse.

– Me sorprendió encontrarme con el joven maestro en la capital. – Ron fue el primero en hablar.

– Escuché que el festival era divertido y quise venir a ver.

–... Ya veo.

– Si....

– Tampoco sabía sobre el poder del joven maestro, este Ron se sorprendió bastante cuando vio a un joven correr hacia el peligro y luego bloquearlo, en especial cuando el joven resultó ser su joven maestro.

–.....

Cale se terminó el té, dejó la taza y miró sus manos por un segundo, luego miró a Ron.

– Hay muchas cosas que no sabes sobre mi Ron.

–....

– Además es bastante claro que correría si el que está en peligro es mi hermano.

–... Tiene razón, el joven maestro Basen está a salvo gracias a ti joven maestro.

– Mm.

–.....

– Me sorprende verte aquí Ron.

– No sé por qué hay que sorprenderse joven maestro, yo-

– Después de todo ya no trabajas para el condado Henituse.

–.....

El silencio volvió a instalarse.

Cale se sentía incómodo.

En más de un sentido.

El conocía a Ron, pero no a este Ron.

Cale estaba acostumbrado al Ron que lo seguía a todas partes y lo despertaba con té de limón o limonada, el Ron al que podía dejarle el trabajo si el mismo no podía hacerlo, ese era el Ron que conocía.

Pero un Ron que lo había dejado luego de que le dieran la paliza de su vida, un Ron que dejó al joven maestro que el mismo había criado.... A este Ron no lo conocía.