12. El par de variantes (4)

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Ian no sabía sobre Bastian, no lo supo hasta que este mismo nació, después de todo él vivía en el templo y su madre no tenía permitido entrar ahí, rara vez podía verla.

Se enteró del nacimiento de su hermano por el propio dios del tiempo y espacio.

Casi que quiso golpear al dios por la amarga ironía.

Después de todo, al dios no se le ocurrió algo mejor, que hacer de Bastian un Santo de su iglesia.

Bastian nació siendo el Santo de la iglesia del dios del tiempo y espacio.

La madre de Ian y Bastian estaba encantada, creyendo que con eso ella se convertiría en la dueña y señora.

Pero en cuanto Ian se enteró, supo que las cosas acababan de empeorar.

Solo aquellos que vivían en el tembló sabían la verdad, el papa era la persona con más poder, era descuidado y le gustaba andar detrás de las faldas de las mujeres, pero era un hombre que temía a su esposa.

La esposa del papa era una mujer orgullosa y fría, la cual vivía resentida por la humillación a la que su esposo la exponía cuando la engañaba.

Pero, aun así, seguía siendo la única mujer que podía poner en su lugar al papa, el cual tenía miedo de su temperamento.

Ella odiaba a Ian, después de todo Ian era el vivo recuerdo de las infidelidades de su esposo, detestaba verlo, pero lo había dejado vivir por el mismo hecho de que era útil.

Útil pero no peligroso.

Después de todo ella quería que su hijo mayor fuera el que tomara el lugar del papa cuando su esposo se retirará, si por mera casualidad Ian llegaba a significar una amenaza para la posición de su hijo, entonces ella se habría desecho de él personalmente, pero gracias a que lo único bueno de Ian era que podía comunicarse con el dios, jamás lo vio como una amenaza que debiera eliminarse.

¿Pero Bastian?

Bastian era definitivamente una amenaza que debía desaparecer, aún si los creyentes eran fieles al papa, si se corría la voz de la existencia de un santo, todos lo escogerían a él, entonces ella y sus hijos serían desechados a un lado.

Jamás permitiría eso.

Por eso, cuando se enteró de la existencia de Bastian, hizo que su esposo lo mandara a ejecutar, el papa no se vio capaz de no cumplir el deseo de su esposa, aún si se sentía algo preocupado por la ira del dios, al final escogió obedecerla, después de todo ella sabía muchos secretos de él que podrían llegar a destruirlo.

Ian se enteró de esto y corrió donde su madre, había pasado un mes desde que Bastian nació y la mujer parecía preparada para recibir a las personas que seguramente la llevarían a vivir al templo.

Jamás se esperó que el primero en llegar seria su hijo mayor, aterrado y tratando de convencerla de que debían irse.

Al principio ella no lo creyó, pero cuando siguió a su hijo al bosque y minutos después fue capaz de ver a varias personas que usaban los trajes del templo prenderle fuego a la casa en la que ella y su hijo deberían haber estado... Fue cuando toda su esperanza se fue.

Ella no era una buena mujer, Ian no tenía buenos recuerdos con ella, lo único que ella había deseado era tener poder y dinero y creyó que al seducir a un papa lo tendría, al darse cuenta de la verdad perdió cualquier deseo por vivir.

Ella no se veía a sí misma huyendo y criando a dos niños sola, mucho menos dos niños que tenían lazos con la iglesia y el hombre que tanto la humillaron.

Por eso no corrió junto a Ian aun cuando él se lo rogó, el llanto de Bastian atrajo la atención y las personas iban a perseguirlos.

Ella no se veía capaz de ser una buena madre, por eso uso sus últimos momentos para por primera y última vez, hacer algo por sus hijos, le dijo a Ian que huyera con Bastian, y dándole un último abrazo a sus dos hijos a los cuales jamás vio como algo más que una oportunidad para ganar poder y dinero, corrió hacia sus perseguidores y utilizo todo lo que pudo para detenerlos el mayor tiempo posible.

¿Será que ahora si podré ser un holgazán?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora