¿Será que ahora si podré ser un holgazán?

46. Observar.

– Joven maestro.

Cale miró a Billos el cual venía a recogerlo, todos estaban bajando del barco en el reino Whipper.

El panorama era igual a la última vez, las personas se organizaban en tiendas y los miraban con curiosidad y recelo.

– Billos. – lo miró con tranquilidad y siguió avanzando luego de darle un apretón de manos.

Billos miró su mano algo asombrado por un segundo y luego siguió a Cale cuando se dio cuenta de que había sido dejado atrás.

Todos los demás seguían a Cale con naturalidad, On y Hong se acurrucaron en sus brazos intentado no ver el desastre sangriento que representaba el panorama.

Choi Han se mantuvo junto a Cale al igual que Ian.

Antes de avanzar un poco más Cale miró al pálido Hans.

- Hans.

- S-sí, joven maestro.

- Quédate aquí con los niños.

-.... ¡Si, joven maestro!

On y Hong saltaron a los brazos de Hans luego de darle una pequeña mirada a Cale.

Cale miró a Rosalyn.

- Señorita Rosalyn.

– ¿Si, joven maestro?

Rosalyn estaba jugando con su garrote de manera casual y respondió de igual modo, Cale la miró por un segundo de más, los últimos días de viaje se había comportado un poco más extraño de lo normal, Cale no podía entenderla y creyó que el intentar hacerlo sería mucho trabajo, por lo tanto lo ignoro.

– ¿Prefiere quedarse?

Rosalyn sonrío un poco suave conociendo los motivos de la pregunta y luego negó con la cabeza.

– Todo está bien.

– Muy bien entonces.

El camino se retomó.

Cale avanzó con sus pasos ligeros y tranquilos, como un noble que sale a dar un paseo casual, las personas no pudieron evitar asombrarse aún más con esta vista.

Aunque detrás de Cale habían varias personas con expresiones diferentes, de alguna manera eran más normales que este extraño noble.

Sus expresiones eran las comunes que habían visto durante toda la guerra ¿pero la de Cale? Era como si estuviera viendo las calles de los nobles y no la tierra cubierta de sangre producto de una guerra.

Incluso Ron no pudo evitar entrecerrar los ojos levemente, su joven maestro cachorro creció en un ambiente en el que el mayor matón de la ciudad era el mismo, las calles siempre estuvieron limpias al igual que las personas, nunca fue expuesto a la vista de la sangre derramada en el piso y el olor de los cadáveres carbonizados.

Pero viéndolo ahora... Era como si estuviera acostumbrado.

..... Mmm.

Mientras todos tenían diferentes pensamientos, Cale sólo podía pensar en una cosa.

Es diferente.

Muchas cosas lo son en realidad.

No se refiere a la sangre o el olor putrefacto.

Se refiere a las personas que lo siguen.

En su vida anterior no fueron tantos, al menos no en este momento.

Ahora también está Ron, el cual no se ha ido por lo tanto no perderá su brazo.

Están Ian y Bastian, aunque Bastian se quedó junto a Hans y los niños.