55. Días, Meses Y Más (2)

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El olor a sangre fue lo más notable en la habitación, además de los rápidos movimientos por parte de los empleados que seguían corriendo de aquí para allá, trayendo vendas, agua limpia y todo lo que el doctor del condado les gritaba que necesitaba.

Por un segundo todos se congelaron al ver a Cale ingresando en la habitación.

Cale observo la cama y al Ron cubierto de sangre que descansaba sobre esta, el conde Deruth y la condesa Violan se encontraban junto al doctor.

–... Cale.... – el conde lo llamó, pero Cale no lo miro, sus ojos completamente concentrados en Ron, el cual permanecía con los ojos cerrados.

–... Ron.

Los ojos del anciano mayordomo temblaron levemente antes de abrirse y mirar en su dirección, su mirada era sorprendentemente clara para un hombre en sus condiciones y la sonrisa benigna que adorno sus labios en cuanto cruzaron miradas hizo que Cale se estremeciera.

– Joven maestro.

–....... – los puños se Cale se apretaron.

– Joven maestro, espero pueda perdonar esta fea imagen que le estoy mostrando, este Ron-

– Suficiente.

–....

– Descansa, hablaremos luego.

–.... Como diga, joven maestro.

Los ojos de Ron volvieron a cerrarse y la habitación quedó en silencio un segundo antes de que el doctor dijera en un hilo de voz.

–... He terminado conde.

Los ojos de todos se dirigieron al hombro izquierdo de Ron el cual el doctor terminaba de vendar, había limpiado la herida, detenido la hemorragia y cubierto apropiadamente.

Pero.

No había brazo unido a dicho hombro.

Cale miró las manos del doctor, los guantes cubiertos de sangre, así como las mantas, toallas, trapos y las herramientas médicas que se habían utilizado.

El doctor no era el único, habían otros empleados que también tenían manchas de sangre por aquí y por allá, el propio conde Deruth Henituse tenía las manos manchadas de sangre, Cale los observo a todos uno por uno hasta que sus ojos se detuvieron en la última persona, aquella que había estado ahí desde que Cale entró.

Era una joven sirvienta del condado, Ron no era la persona más cariñosa ni benevolente, pero en el condado era un hombre querido, respetado y admirado por muchos, muchos como esta chica cuyos hombros temblaban y tenía sus manos fuertemente apretadas sobre el brazo derecho de Ron, arrodillada junto a la cama mientras lloraba en silencio.

Cale dio un paso al frente y le apretó el hombro, la chica no reacciono ni abrió los ojos, solo siguió apretando el brazo de Ron.

Más tarde Cale descubrió que la chica no había terminado de colgar los manteles durante el día, por lo que decidió hacerlo en la noche mientras todos dormían, se encontraba afuera terminando su trabajo cuando vio a Choi Han e Ian corriendo con Ron, fue la primera empleada de la mansión en observarlos y fue la primera en ayudar, corriendo hacia ellos con un mantel y ayudando a cubrir la herida de Ron, se negó a irse después de eso aún con la horrible imagen frente a ella, por lo que Ron le pidió que no mirara.

Había cerrado sus ojos con fuerza y se había aferrado a Ron, cumpliendo su deseo de nos ser visto de tal forma, pero igual permaneciendo a su lado.

La pobre estuvo llorando en todo momento, temblando de miedo y angustia, pero negándose a ir.

La chica no levantó su mirada y su voz se escuchaba pequeña y rota cuando le habló a Cale que seguía apretandole el hombro.

–... Joven maestro.

–... Mm.

–... ¿El abuelo Ron estará bien?

Abuelo Ron.

Era la primera vez en sus dos vidas como Cale Henituse que Cale escuchaba a alguien aparte de los niños llamar a Ron de dicha forma, esta chica era joven, debía tener unos 25 años y llevaba trabajando en el condado desde hace mucho, así como ella habían muchos otros que crecieron aprendiendo de Ron y los otros mayordomos.

– Si. – la respuesta fue absoluta. – El estará bien.

La joven sirvienta asintió.

Algunas horas después Cale era el único que permanecía junto a Ron, lo habían trasladado a otra habitación, estaba recostado sobre la cama, con la piel palida y los labios agrietados, lucia aterradoramente pacifico.

Había sido difícil lograr que aquella chica se fuera a descansar, solo lo hizo cuando estuvo segura de que Cale no se iría, aunque el conde y la condesa también quisieron que fuera a descansar él se negó con vehemencia.

Cale observo el rostro pálido de Ron, las vendas estaban limpias pero podía ver una pequeña mancha de sangre que lentamente se hacía más grande, también había visto las demás heridas en su cuerpo, heridas que no parecían mejorar y que claramente contenían veneno de sirena.

Había ocurrido de nuevo.

Era de las pocas cosas que habían ocurrido exactamente igual que en su vida pasada como Cale, Ron perdió su brazo izquierdo y fue envenenado con veneno de sirena, aún cuando fue de las cosas que Cale más quiso evitar, al final no pudo hacerlo.

Podía sentir su pulso débil cuando escucho un alboroto provenir de afuera, su mano se relajo sabiendo lo que debía ser.

La puerta se abrió con un golpe y un muy agitado Beacrox entró gritando. – ¡Padre! – aunque sus pasos se congelaron al observar la condición de Ron. – P-Padre.....

Ron abrió los ojos en ese momento, Cale no podía estar seguro de si había estado durmiendo en primer lugar, hubo un pequeño momento de quietud hasta que un tembloroso Beacrox se acercó a la cama y cayó de rodillas junto a esta, agarrando el brazo restante de su padre con fuerza.

Ron lo miró un segundo y luego miró a Cale.

–... Sigue descansando. – Cale se dio la vuelta y salió de la habitación luego de eso, dejando al par de padre e hijo solos.

Caminó por el pasillo sin detenerse, directo al despacho del duque en donde todos los demás lo esperaban.

En cuanto entró observo a su padre y a su madre, asi como a sus hermanos menores observando a un solo individuo.

Por supuesto que el individuo era Choi Han.

De pie con la espalda recta frente a todos los Henituse que los observaban seriamente, Hans y Hilsman también se encontraban allí, al igual que Ian.

–.... Padre, madre.

Todos giraron a observarlo.

Su padre fue el primero en hablar. – ¿Ron?

– Beacrox está con el.

El conde asintió, un pequeño destello de pena en sus ojos. – Bien. Entonces Cale, hijo se que esta noche han ocurrido demasiados acontecimientos, el sol está saliendo y aunque se que todos estamos cansados, ciertamente no puedo ir a dormir teniendo a un criminal bajo mi techo.

La pena desapareció y fue cambiada por una completa ira, ira que dirigida hacia una sola persona.

Cale suspiro cuando dicha persona miró al conde con una clara expresión de indiferencia.

Genial.....

❤️❤️❤️

Así que.... Holiiiii 😎😎

Capítulo sin editar, disculpen cualquier error ortográfico o de gramática.


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⏰ Última actualización: Jun 14 ⏰

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¿Será que ahora si podré ser un holgazán?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora