Chapter 47

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~ S I N  N A R R A D O R ~


UN MES DESPUÉS


Sofía ahora estaba en la semana 23 de su embarazo, ósea en su sexto mes. Ya no era raro que con Santino compartiera un par de noches, claro que nada más para dormir, ambos tenían miedo de lastimar al otro.


Santino, al día siguiente que le prometió a su amada que buscaría ayuda, y así fue. 


Sofía, luego de vivir en un relación llena de golpes y violencia, no quería tener otro violento con ella, por eso durante mucho tiempo se mantuvo alejado de el, no era que olvidara el hombre que había sido Santino con ella en el pasado, pero los fantasmas y heridas que tenían ambos era algo que no podían obviar. Durante esas semanas Santino había estado más tranquilo, ya no bebía ni fumaba, aunque el trabajo lo seguía consumiendo, cuando parecía que todo estaba bien, no era así.


Para Santino era extraño tener que hablar con alguien que no conocía sobre lo que le pasaba, sobre sus miedos, sobre sus inseguridades y, sobre todo, sobre la ira que tenía acumulada desde el día que se enteró lo que le hicieron a Sofía. El debía aprender a manejar eso. No era cualquier cosa pero sus empleados estaban hartos de su comportamiento y su humor del diablo, sobre todo su hermana a quien le tocó tener que trabajar en la empresa.


Esa tarde, los Coppola decidieron que no seguirían siendo inversionistas y socios, que iban a vender su parte de la empresa, cosa que solo hizo perder dinero a Santino, era algo que le había arruinado el día, el estaba dispuesto a romper la promesa que le hizo a Sofía pero era por una buena razón, no quería llegar a la casa, encontrar a la joven y pelear por cualquier tontería, como hacía con su hermana o, en ocasiones, con su madre.


—Debes tomar esto con calma, pensar que haría nuestro padre.


—El está muerto Elettra —Dijo con calma pero con rabia, el hombre que tenía la cabeza sobre el escritorio, estaba con un fuerte dolor de cabeza, algo que le arruinaba aún más el día—. ¿Podrías llamar a Alessandro? Tengo que regresar a casa por algunas cosas, me quedaré trabajando en algunas cosas —Su hermana asintió.


Ella sabía que debía llamar a los Kirkman, serían los únicos que podrían ayudar a Santino, eran los más ricos de Gran Bretaña, casi como la familia real. Por eso sería buena idea tenerles de socios, cosa que no había querido Santino, por mero capricho.


Luego de llamar a Alessandro, el muchacho no tardó ni 20 minutos en llegar, el plan era simple, darse una ducha, cambiarse de ropa e ir a cualquier bar, Sofía no tenía por qué enterarse.


—Alessandro, deja el auto encendido, no tardaré —Algo que el mayor no sabía que Alessandro si, es que Sofía tenía otros planes para ambos, por eso cuando vio que el hombre entró a la casa, apagó el auto, esperando un poco para luego irse a casa.


Sofía esa mañana había tenido una idea, sabía la situación que estaba pasando Santino, y un par de mensajes de parte de su cuñada había hecho a alarmarla, por eso tomo prestado a Alessandro para que la llevara al supermercado más cercano, comprar todas las golosinas posibles, las favoritas de Santino y las que a ella se les antojaba por el camino.


Luego de eso arreglo la habitación del hombre para que pasaran una noche tranquila juntos, comiendo y mirando las películas preferidas del hombre, entre ellas Mujer Bonita, comenzarían con eso y luego irían por alguna de comedia.


La noche cayó y Santino parecía que no llegaría nunca. Hasta que escuchó sus zapatos por el pasillo, la mujer arreglo algunas cosas que estaban en un lugar incorrecto y cuando Santino entró a su habitación, la miró consternado.


—¿Y esto? —Preguntó el.


—¡Sorpresa! —La mujer tomó el control del TV y encendió la tele, donde había puesto, previamente, Mujer Bonita.


—¿Esa es...?


—Si, tu favorita... Y no creas que es la única, encontré algunas más que se te gustan... Además compré algunas golosinas que se que te gustan... Y helado... Napolitano, tú favorito...


—Ese es tu favorito —Cuestionó el hombre con una sonrisa.


—Shhh... No arruines la sorpresa —Santino soltó una sonrisa. Toda esa rabia que sentía por lo qué pasó en su trabajo se esfumó, ya no estaba, con tan solo ver a su chica haciendo ese detalle por el, le hizo cambiar de animo. Caminó hasta ella y le robó un beso, habían estado yendo lento esas semanas, para ella era algo importante.


—Veamos la película, solo déjame darme una ducha, me duele la espalda... —Avisó volviendo a dejar otro beso en sus labios.


No tardaron en ponerse a ver la película y comer, la mayoría eran chocolates. Tampoco tardaron en llorar, pues era una película que amaban con locura y el final les conmovía. Ella se abrazó a Santino una vez termino la película. Estaban debajo de las sabanas, las luces apagadas y la única luz venía de la TV. Santino sabía que era suficiente y que debían dormir. Pero Sofía tenía otros planes.


—Quiero que me hagas el amor Santino —Demandó la pequeña besando los labios del hombre.


—El bebé...


—Sé delicado... —Ella usó una voz suplicante. Era una tortura para Santino, quien había esperado ese momento por meses, la tomó en sus brazos para besarla y lentamente quitarle la ropa, lo único que cambiaba era su, ahora, abultado vientre.


Durante toda la noche Santino no se cansó de decirle que era una hermosura y que la amaba mientras le hacía el amor, tal y como ella se lo había pedido, en otro momento le habría arrancando la ropa y no habría pedido permiso para nada, pero esta vez debían cuidar del bebé.


No pararon por un par de horas mas, a pesar de estar cansados, habían esperando por eso meses y lo disfrutaron como debían. Por eso cuando finalmente acabaron satisfechos se durmieron abrazaos, desnudos y abrazados. Era la felicidad entera para ambos, pues se amaban como un par de locos.


EME.

BOSS || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora