Chapter 14

3.8K 198 2
                                    


~ S A N T I N O ~


Luego de aquella pequeña discusión con Henry no dudé en correr tras Sofía, yo no era una persona que fuera irse a los golpes con nadie, no me había criado de esa forma, aunque quisiera romperle la cara al idiota de Henry por decir esas tonterías, no lo hice.


Jamás me atrevería a engañar a mi esposa, al menos hasta que conocí a Sofía. Quien ahora movía todo dentro de mi, me despertaba todos los días pensando en ella.


—¡Sofía! Espera —La detuve a media vereda. Si quería irse al hotel, iba por el camino equivocado—. No me digas que le crees al idiota ese las cosas que te dijo...


—No, pero... —Podía entender que estaba enojada, pero era ridículo creerle a ese tipo—. ¿Qué esperas que te diga?


—Que no le crees nada... —Mi pecho dolía—. Siempre te he hablado con sinceridad...


—¿En serio? Besarme sin decirme antes que estabas casado es hablarme con sinceridad...


Decidí quedarme callado, ella tenía razón, no había excusa sobre eso, no había manera de que ella me perdonara por eso.


—No te volveré a tocar hasta que los papeles del divorcio estén firmados... Lo prometo —Dije sin aviso. Obviamente que quería tocarla. Hacerla mía en ese viaje, pero no quería que ella se sintiera atacada por nada o que sintiera de que estaba detrás de ella solo por sexo. Yo no lo necesitaba. Hace años que no tenía nada con ninguna mujer. Mi esposa se alejó para irse a acostar con otro hombre. Y eso me había roto por dentro.


—Está bien —Respondió ella.


Pero nada me había roto como esa mirada que me dio Sofía esa tarde y la del resto del viaje. Estaba lastimada, lo sabía. Dudaba de mi. Y eso por dentro me estaba quemando, solo que por el momento no había nada que pudiera hacer, esperar a firmar los papeles de divorcio.


[...]


Una vez de regresó a Roma, mi madre me recibió en la casa. Era domingo y se supone que esta semana no iría a trabajar para llevar a Bruno a Disney, aunque apenas había cumplido 5 años, sabía que lo recordaría o al menos me satisfacía que lo disfrutaría, así como yo de su compañía.


—Tenemos que hablar... —Mi madre siempre me comprendía. Ella era la que siempre estuvo de nuestro lado. Cuando Elettra comenzó a hacerse algunos tatuajes y querer dejar la universidad para irse a otro lado para estudiar lo que ella realmente quería, fue todo gracias a nuestra madre.


—Se lo que me vas a decir madre, pero —No tenía idea que decir—, entiende que ya no soy feliz... La única felicidad que he tenido estos años ha sido Bruno, voy al trabajo, regreso, veo a Bruno y ya. Así son mis días desde que me casé con Lucianna. No negaré que la quiero, es la madre de mi pequeño, pero no la amo, dejé de amarla cuando me enteré que me engañaba.


—Lo sé hijo... —Me tomó de las manos y me miró directamente de las manos, haciéndome sentir bastante tranquilo. Pero a la vez sabía que no todo sería tan fácil—. Pero tu padre no lo entenderá...


—Pues tendrá que aceptarlo, no pienso estar más en un lugar donde no me quieren y me hacen sentir tan horrible...


No quería hablar con mi madre sobre las veces que había pensando en suicidarme, sería la salida más fácil y quizá cobarde pero estaba desesperado. Ni siquiera el alcohol me había hecho sentir vivo, tan vivo como ahora me sentía cuando estaba al lado de Sofía.


—Hijo, ¿Podrías intentarlo? —Preguntó la mujer haciéndome dar un paso hacia atrás


¿QUÉ?


Aquello que mi madre me pedía era impensable, me levante del sofá para evitar comenzar una discusión con la mujer me había dado la vida. Me lleve las manos hasta a la cabeza y jale mis cabellos hacia delante. Me hartaba hablar del tema.


—Mamá, no quiero hablarte de mala forma, así que si estás acá para pedirme que intente otra vez estar con Lucianna por mi padre, mejor lárgate... —Dije enojado.


—Solo quiero que nuestra familia siga bien.


—¡NUESTRA FAMILIA NO ESTÁ BIEN! —Exploté—. ¡Maldita seaaa! Mamá, tu hija es alcohólica por la presión de papá, Nicolás no puede conversar una relación de ningún tipo, no tiene amigos, no sale de una oficina y a mi me quieres llevar a lo mismo. ¿Perdiste la cabeza? ¡Estás viviendo en un sueño!


Mi madre se quedó estática en su lugar. No había retorno atrás, había dicho todo lo que tenía dentro.


—Me divorciaré de Lucianna quieran o no... ¡Es una decisión tomada! —El silencio nos abrazó nuevamente. Podía ver el dolor de mi madre sus ojos. Odiaba eso. Me acerqué a ella para abrazarla. Ella era la que más sufría de que sus hijos tengan la vida que tenían ahora por la culpa de nuestro padre.


—Quiero la felicidad de todos —Sollozo la mujer en mi pecho.


—Yo también... Pero debemos hacer lo posible para que papá deje de controlar nuestras vidas. Es lo mejor madre...


Sabía que no era algo que fuera a conseguirse muy fácilmente. Pero tenía un plan.


—Tengo que irme, Bruno me está esperando. Le prometí llevarlo a Disney, pero necesito que Nicolás se encargue de la oficina está semana. —Tomé las mejillas de mi madre y le di un beso en su frente—. Y no creas que todo esto es culpa de Sofía, ella solo me abrió lo ojos de que no podía seguir siendo infeliz... Todos merecemos ser feliz. Ella tampoco ha tenido una vida fácil. Quiero hacerla feliz y eso me dará paz.


Confesé por primera vez en voz alta. Me dolía decir eso, pero era la verdad, no había momento que no pensara en que ella había cambiado mi vida de buena manera.


—Todo saldrá bien madre —Volví a a besar su frente. Ahora tenía que ir por mi hijo.


EME.

BOSS || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora