Je t'aime (Tr x Tn)

Capítulo 4

Acomodo su cabello, lo enganchó con algunos broches, simuló un flequillo con la parte baja de su cabello y lo arreglo.

Se colocó un gorro.

Una mascarilla.

Y uso ropa Ancha de hombre que había comprado.

Había conseguido una manera de tener información acerca del tipo que atacó a su madre.

Salió en la tarde, recordaba que Mikey le decía que era más fácil de noche que de día, así evitaban llamar la atención

Camino hasta ver a un tipo con la misma chaqueta.

Fue con él y lo golpeó, le saco la información necesaria.

—  no hay líder, no se quien sea... -comento mirando al chico frente a él, que lo había golpeado.

— hm.. – musito con una voz algo rasposa, que había conseguido al estar un poco enferma de la garganta, lo pateó nuevamente.

Salía día tras día.

Recibía golpes. Y aprendía a pelear cada vez mejor.

— ¡Golpeas como niña! — grito aquel chico mirándola fijamente, y luego golpeándola en el estómago, pateandola en la cara y que saliera volando.

Se levantó pesadamente, miro sus puños, y corrió hacia aquel tipo, dandole un golpe en la mandíbula y luego un codazo en la cabeza, aquel chico retrocedió aturdido. Aprovecho para golpear su estómago y hacerlo caer.

No sabía cómo, ni cuando, pero peleaba mejor de lo que esperaba.

Era flexible, y estaba algo acostumbrada a recibir golpes.

— ¡Vuelve aquí hijo de puta! –-grito un chico corriendo hacia ella, golpeándola en la cara.

Ella lo miró y luego pateó su cabeza, "tsk, muy abajo, muy débil" pensó al momento de golpearlo y que el tipo solo retrocediera un poco. Le golpeó la nariz y luego la cien, para hacerlo caer, hizo lo mismo con varios tipos más.

Probaba como golpear, como dar mejores golpes, sí, se iba bastante machacada a su casa, pero no le importaba.

— Maldita sea, tiene que ser más fuerte. –- musito molesta en su casa, golpeando al aire.

Solía ver qué tan alto iba su patada, que tan fuerte eran sus brazos al golpear al aire y aprendiendo como funcionaría mejor una patada o un golpe.

Nadie le había enseñado a defenderse, tenía que aprender.

Pasaban meses y no encontraba la maldita manera de encontrar al líder.

Hasta el un día, escuchó una conversación, sin ser tonta, ni idiota, la grabo, por si se le olvidaba algo.

Se sentó en la calle y encendió un cigarrillo tirado en cuando vio que salían, tomo una lata de cerveza que encontró, y la puso en su mano.

Para hacerles creer que siempre estuvo ahí, y que está borracho.

Obviamente nunca bebió ni tocó el cigarrillo. Eran de la basura.

Ambos chicos lo miraron.

— te conozco, eres el tipo del que hablan, el de la mascarilla. ¿Acaso escuchabas nuestra conversación? – rio el alto tomandolo del cuello. Mientras que el otro chico se cubría la cara y se iba.

El chico, hizo señas, para dar a entender que no hablaba.

—- oh, ¿Eres mudo? – rio –perfecto, así puedo estar seguro que no hablaras nada.