Capítulo 24

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Una vez llegaron a la casa de la chica, jugaron con el gato, hasta que comenzó a querer dormir, se recostó en una caja para hacerlo.

— Gracias... —musito sentada a su lado.

— No tienes porque, para eso estoy, idiota. —le sonrió él, ella asintió con ternura.

— Baji, ¿Te puedo pedir algo? —él asintió— No me dejes sola, no hoy.

— No estaba entre mis planes.

Ella sonrió hacia él, viendo como se recostaba en el sofá de forma engreída, como si fuera su casa por el resto de la vida.
Se rió de él, hasta que comenzó a preguntar qué sucedía, pero ella jamás respondió.

— Te golpeare si sigues así _tn.

— ¡No me vas a golpear! ¡Soy una chica ruda!

— ¿Eh? ¿Quieres probarme?

— A ver —rio ella, haciendo que Baji se levante del sofá e intente golpearla con una almohada.

_tn tomo una bufanda tirada y se la lanzó, luego corrió entre las habitaciones, escondiéndose. Baji la buscó por todos los lugares hasta que ella salió del armario y lo asustó.

Él la tomo de la cintura y la tiro a la cama, para luego comenzar a hacerle cosquillas, mientras ella se retorcía y rogaba para que la deje tranquila.

— ¡No que no tenías cosquillas! —se burló.

— ¡No las tengo pero me das lástima y por eso me rió! —Exclamo riéndose, en lo que a baji le daba más rabia aún, tomó un peluche y le comenzó a golpear con él hasta que se cansó.

—  ¡Y te irá peor!

— Jajaja no me puedes amenazar con un peluche de pingüino en tus manos, siento que me amenaza un bebé

— ¡Tu no aprendes! —bufo molesto comenzando a golpearla de nuevo, para luego tomar un cinturón y amarrar las manos de la chica.

Ella se quejó y pataleo todo lo que pudo, pero él tenía mucha más fuerza, así que algo rendida miró a baji con molestia.

— ¿Y para que o que? —pregunto con una mueca de disgusto.

— ¡Si te mueves te dolerá!

Él se acercó a ella y se subió encima evitando que pueda moverse de cualquier forma. En lo que destapaba el plumón y comenzaba a dibujar en su rostro, le hizo unos lentes, un bigote, y le hizo cejas más gruesas, ella solo se movía intentando quitar al chico de encima, pero él tomó su rostro con una mano y se acercó para seguir dibujando.

En ese momento, ella se dejó de mover, era estúpido seguir intentándolo, ¿Con qué fin? Ya había perdido.

Espero resignada a que termine de pintar su cara, para luego sentir como él le quitaba el amarre y la soltaba, ella le tiro el mismo peluche de pingüino con molestia y camino al baño en lo que él pelinegro solo podía tomarse el estómago de la risa mirándola.

Al llegar al baño y mirarse, solo frunció el ceño, ese chico realmente se había esforzado en dejarla mal. Pronto se dio cuenta que aquel marcador era permanente y se demoraría en salir. Pero no se quejó, de hecho, embozó una sonrisa maligna y camino hasta su habitación, tomo las cartas y las puso en la cama.

— ¡Juguemos! ¡El que pierda le puede dibujar al otro en el lugar que quiera! —sonrio satisfactoriamente hacia él.

— ¡Perfecto! ¡Te patearé el trasero es esto! —sonrio victorioso.

— Bueno, me alegra que te guste el uno. —sonrio malvada barajando las cartas.

— ¡No espera! ¡Otro juego!

Je t'aime (Tr x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora