cuatro

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Jeon JungKook.

Ví como suspiró desviando la mirada de mis ojos, sabía que se ponía nerviosa cuando la miraba de esa forma, y es algo que siempre iba a amar y recordar.

Estaba tan preciosa, Lucrecia siempre fue una chica muy hermosa, aunque ahora cambió varias cosas de su físico siempre me iba a parecer la mujer más perfecta del mundo, hasta sabiendo sus defectos la seguía considerando de esa forma. El vestido azul se le pegaba al cuerpo y dejaba al descubierto parte de su espalda, donde podía apreciar el tatuaje con una frase dicha por su padre hace varios años.

Yo sabía que ella estaba en desconfianza conmigo, y tiene sus motivos, pero quería cambiar eso. También era conciente que si le decía que venga ella misma -porque quería- a esta hora se hubiera negado, por ese motivo tuve que mentir diciendo que esta era la hora de la fiesta. Mentiritas piadosas.

Massimo, su actual y estúpido novio, había sido invitado por mí, solo por fines totalmente morales y buenos de mi parte, yo no podría hacerle daño a nadie si soy un ángel que va a escuela religiosa y habla de Dios todo el tiempo, también leo la biblia antes de dormir.

Espero que se haya entendido el sarcasmo.

Pero dejando eso de lado, me daba algo de nostalgia volver a verla en mi habitación, vagando y observando todo como siempre lo hacía. A veces extrañaba los momentos en los que éramos unidos y hacíamos pijamada todo el tiempo, podíamos llegar a estar una semana durmiendo en la casa del otro y siempre volvíamos con nuevas anectodas a vas para contarles a nuestros padres.

Y soy conciente que fui el culpable de que nos distanciaramos, gracias a mí tuve que dejar de verla a centímetros para pasar a verla a metros. Actuando como si disfrutara estar con Massimo, siendo que nunca le gustó, puedo verlo en ella. La conozco tanto que sé cuando algo no le gusta, y siempre que está con su novio hace esa cara, la cual él aún no descifra.

Y espero que no lo haga, aunque suene egoísta, me gusta ser el único -además de su padre, claramente- que conoce todo de ella. Siempre me dió miedo que pueda llegar a tener la conexión que nosotros teníamos con otro chico, eso fue algo nuestro y quiero que quede así, y si es posible volver a tener esa unión.

⎯ ¿Entonces cuándo comenzamos a arreglar tu casa?⎯ preguntó dejando la cartera en mi cama.

⎯ Ahora mismo, pero primero, hay alguien que quiere verte.⎯ avisé y ví que frunció su ceño confundida. Extendí mi mano esperando que la tome pero no lo hizo, así que lentamente, y con algo de vergüenza, la baje para después abrir la puerta y caminar por el pasillo.

Se escuchaba el sonido de sus tacones, de reojo veía como se detenía apenas a ver las fotografías que colgaban en las paredes, siendo que las había visto más de una vez. Mamá siempre había sido fan de poner fotografías de momentos lindos por la casa, en casi todas salía yo, pero algunas estaba con su hermana, amigos y una con mi padre cuando eran jóvenes.

Mi padre actualmente se quedó en Corea del Sur, cuando vinimos aquí lamentablemente no consiguió trabajo, y justo lo llamaron desde uno en nuestro país natal y no dudó en irse. Meses después él y mi madre terminaron, aunque creo que fue lo mejor para los tres, ellos siempre peleaban y no me gusta presenciar esas escenas.

No tengo mucha relación con él, se fue cuando yo tenía trece años, y aunque hablamos de vez en cuando no llego a tener con él la confianza que tengo con mamá. Tal vez porque estoy más tiempo con ella, aparte de que me crió más por su cuenta ya que papá trabajaba todo el tiempo para poder darme lo necesario.

Llegamos a la puerta del patio trasero y la abrí, escuchando al instante pasos apresurados por el pasto hasta que llegó dentro de la casa y me dió muchos besitos en el rostro, para después lanzarse a la chica.

i hate you| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora