treinta y cinco

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Lucrecia Bellido.

Era viernes y yo me estaba arreglando para el cumpleaños de Renata, hoy en la mañana había estado repartiendo invitaciones a algunas personas cercanas a ella para que vayan a su fiesta de cumpleaños, diciendo que tenían que llevar traje de baño ya que después se haría una especie de pool party.

Suspiré viéndome en el espejo, el vestido rojo engomado que llevaba me resaltaba los pechos, y es tan ajustado que ahora que me doy cuenta, hasta la silueta de las bragas se me marca. Mi cabello estaba sujetado en una coleta baja, y no llevaba mucho maquillaje, lo más notorio era el labial rojo, que después me sacaría para entrar en la piscina al igual que la máscaras de pestañas, a menos que quiera quedar como un mapache.

En mi pequeño bolso llevaba mi bikini negra, y no pude evitar emocionarme al saber que obviamente JungKook iría, aunque también iba a estar Massimo ahí, mi corazón estaba latiendo emocionado por mi ex novio. Hoy en la mañana y ayer en la escuela no me había prestado atención, pasaba de mí como si días anteriores no hubiéramos estado besándonos y follando en la cama de un hotel, pero no le dí importancia, quizá lo hacía porque estaba Renata junto a él todo el tiempo. Y del miércoles no podía hablar porque yo había faltado, sino sería muy obvio para mi amiga que justo el mismo día su novio y yo volvamos a la escuela.

Tomé mi celular cuando me llegó una llamada de Renata y contesté mientras bajaba las escaleras de mi casa, papá trabajaba y Martín no podía llevarme porque su auto estaba en el taller para un retoque de pintura, así que Massimo vendría por mí.

⎯ ¡Amiga! ¿Vienes?⎯ preguntó emocionada a través de la llamada.

⎯ ¡Sí! De hecho, estoy esperando a que venga...⎯ escuché la bocina del auto de mi novio.⎯ justo ahí vino Massimo. Ya estamos yendo.

⎯ ¡Los espero!

Corté la llamada y salí de mi casa después de darle un besito a Cia. Cuando subí al auto mi novio me dió un beso en los labios y yo lo correspondí, después de saber que me había engañado prácticamente no podía hacer nada porque yo estaba haciéndole lo mismo, así que lo mejor que decidí fue hacerle creer que yo no sabía nada.

⎯ Estás impresionante.⎯ dijo para después darme otro beso.

⎯ Lo sé.

Massimo manejó hasta la casa de Renata con tranquilidad, ya que faltaba un poco más de quince minutos para que empiecen a llegar todos. Mientras íbamos yo le miré la ropa; un pantalón gris con estilo escosés, zapatillas deportivas blancas y una camiseta negra. Llevaba sus collares, pulseras y anillos haciéndole juego con todo. Estaba guapo.

Minutos después llegamos y Renata nos abrió la puerta de su casa, me dió un abrazo y cuando nos separamos le dí su regalo, el cual era maquillaje porque sabía que le gustaba mucho. Massimo también la saludó con un pequeño abrazo y le regaló una blusa. En el interior del lugar se podía escuchar música y el murmullo de la gente hablando, también llegué a ver luces de colores para hacer la ilusión de pista de baile.

Renata vestía un top y falda negra que eran a juego. El top tenía una tira en el medio, lo que causaba que sus pechos se junten y parezcan más voluminosos, y la parte de la falda también tenía unas pequeñas tiritas en la parte delantera de su cadera, o sea que no llevaba ropa interior. Que guapa es la puta.

⎯ ¿Tienes algo de beber?⎯ preguntó mi novio.

⎯ Sí, allá hay barra libre.⎯ señaló una mesa donde habían muchas botellas, detrás estaba la heladera, donde suponía que guardaban otras bebidas para conservar el frío.⎯ Tú también ve a tomar Lu, yo saludaré a otras personas.

i hate you| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora