catorce

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Jeon JungKook.

⎯ ¿Salimos juntos esta tarde?

Veía su simple y a la vez elegante caminar, como el cabello se le movía gracias a la leve brisa de la mañana y llevaba unos cuantos libros entre sus brazos para la clase de filosofía. El uniforme le quedaba muy bonito, la hacía ver delicada aunque en su rostro se notaba que lo que tenía de delicadeza lo tengo yo de mala persona.

Bueno, tal vez sí soy un poco malo, pero es tema aparte.

Había estado caminando a su lado desde que entramos a la escuela, la acompañé a su casillero a buscar las cosas necesarias para las clases y ella también me acompañó al mío, mientras tanto con la mirada buscaba a su amiga de no tan baja estatura.

Es hermosa, y de cierta forma me sentía inferior al saber que una chica tan preciosa como ella me podía prestar atención. Su nariz pequeña, ojos verdes preciosos, cabello rojo que aunque sea teñido parece que es el indicado para ella, labios gorditos y pómulos pronunciados. Definitivamente Renata es una mujer preciosa la vea por donde la vea.

Sí, Lucrecia me mueve el mundo, las estrellas y, si ella me lo pidiera, le traigo la misma luna a sus manos, pero eso no quiere decir que mis ojos no puedan apreciar la belleza de otras personas. También sé que está increíblemente mal mi actitud de "fijarme" en Renata sabiendo que mi corazón nunca se va a mover con la misma fuerza que se mueve al simplemente escuchar el nombre de la castaña.

⎯ ¿En serio?⎯ preguntó con los ojos brillando. Yo sonreí asintiendo.⎯ ¿Es una cita?

⎯ Eso te lo confirmo después.⎯ guiñé mi ojo y ella rió bajito, hasta que la voz histérica de otra chica nos interrumpió.

⎯ ¡Aquí estás! ¡No tienes idea de por todos los lugares que te he estado buscando, coño, pareciera que hasta debajo de las rocas tenía que buscar!⎯ gritó Lu tomando el brazo de su amiga, antes de irse me miró y sonrió con hipocresía.⎯ Buenos días, Jeon.

⎯ Buenos días para usted también, bella dama.⎯ respondí con falsos modales.

Ellas dos se marcharon, aún podía oír a Lucrecia decirle a Renata que la buscaba por todos lados, mientras la de cabello rojo bajaba la cabeza con una gran sonrisa y sus mejillas sonrojadas.

Yo sonreí viéndolas, eran muy contrarias y eso se podía notar a distancia. Lucrecia era la que siempre llevaba mala cara, miraba mal a las personas que se le quedaban viendo mucho tiempo o que tenían malas intenciones. La chica diez, siempre con buenas calificaciones, bonita, estando en la boca de varias personas al tener una personalidad tan peculiar y, en cierta parte, hipócrita cuando quería conseguir algo. Aunque, detrás de toda esa fachada de hipocresía, había una dulce adolescente que quería vivir una vida feliz, sin necesidad de pareja pero sí con las ganas de vivir experiencias amorosas, con el sueño de ser médica y vivir cómodamente. También algo tímida e insegura a pesar de que no lo demuestra, porque, según ella, eso la hace ver vulnerable y si te ven de esa forma te toman como el blanco de burlas, teniendo razón en eso.

Por otro lado estaba Renata, la amiga de Lu, lamentablemente la conocían de esa forma y no por la increíble personalidad que tiene. No la conozco mucho a ella, recién estábamos por la primer etapa de conocimiento, pero pude notar que es alguien divertida, creativa, le gusta la fiesta y sentirse libre. Pero a la vez es enamoradiza, y conformista, nunca pide o quiere más, se conforma con lo que tiene o lo que le dan.

⎯ ¿Estás imaginando un trío con esas dos hermosas mujeres?⎯ escuché la voz de Samuel y rodé los ojos divertido mientras me volteaba a verlo.⎯ Porque no creas que no te he visto echándole el ojo a las dos.

i hate you| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora