uno

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Lucrecia Bellido.

Ver a gente con lujos pasando por los pasillos de la escuela ya se me había hecho algo normal de ver. Asistir a un colegio como el que vengo es toda una suerte, lo admito, pero la gente que se cree superior por hacerlo simplemente me cae mal. Es lo mismo que estar en un colegio que no se paga cada mes, es más, hasta es estúpido pagar en el colegio cuando en otro me enseñan lo mismo pero de manera gratuita. Aunque, bueno, mucho no me puedo quejar, hace seis años que vengo a este lugar.

Pero aún así, yo creo firmemente que al colegio que vengo es una jodida mierda.

¿Declaración fuerte? Puede ser, pero creo que a nadie le gusta asistir a una escuela religiosa, y para peor, teniendo a una plaga detrás tuyo todo el maldito tiempo. Aunque a decir verdad, los estudiantes de esta instalación claramente lo último que representan es el término "religioso" aquí dentro, y, ¿para qué ocultarlo? yo tampoco represento mucho.

Le pedí a mi padre, o mejor dicho le rogué, para que no me mande a esta escuela, pero claro, ¿cómo iba a poder llevarle la contra? simplemente es imposible, más cuando me pone esa cara de perro mojado.

⎯ ¿Verdaderamente piensas que ese chico dejará de acosarte?⎯ preguntó mi amiga a mi costado, Renata.⎯ Aunque es lindo.

La chica que conocí en la escuela, no somos muy cercanas en realidad, pero aquí dentro estamos siempre juntas y hacemos los proyectos en pareja, no somos muy sociables que digamos.

Renata, una bella chica de cabello rojo como el fuego y ojos verdes claros. Era un poquito más baja que yo, aunque en edad es más grande, siempre se la pasaba concentrada en sus uñas ya que según ella era su mayor atractivo, siendo que ella, aparte de ser hermosa físicamente, era muy atrayente por sus palabras intelectuales y su inteligencia.

Ahora nos encontrábamos sentadas en la mesa, esperando a que el profesor de biología se digne a aparecer para dar la clase. Yo veía hacia la puerta, esperando al antes nombrado, pero cuando pasó él no pude evitar llevar la vista hacia otro lado, esperando no encontrarla con la suya, pero claramente fue un acto fallido porque él me estaba viendo.

⎯ No lo sé, pero espero que sí.⎯ respondí cortamente.

En el momento entró el profesor Claudio, siempre traía su riñonera en la cadera, causando que entre los alumnos digamos que llevaba cocaína ahí, aunque claramente no lleva.

O eso creo.

Limpió la pizarra y golpeó sus manos con el escritorio para callar a mis compañeros. Renata y yo éramos buenas en las clases, no tanto como para que me den una beca a otro país, pero podía defenderme bastante bien. El profesor escribió en la pizarra el título de "evolución humana" mientras comenzaba a hablar. Lo que más me gustaba de la clase era su manera de explicar, entendía a la perfección y la información se me quedaba grabada, aparte de que casi no copiabamos en nuestras hojas porque él nos dejaba entregar en formato PDF.

⎯ Espero que estén atentos porque este es un tema complejo, aunque no se crea, de verdad que lo es.⎯ habló y nosotros asentimos, pero él llevó la mirada hacia otra parte y soltó un suspiro decepcionado, antes de que pueda ver habló nuevamente.⎯ Joven Jeon, ¿Puede explicarme qué escribe en ese papelito?

Yo ni siquiera lo miré, comencé a dibujar cosas tontas en mis brazos mientras intentaba hacerme la sorda por la respuesta del chico.

En primer año, o sea, hace cinco años atrás, era gracioso que Jeon interrumpiera la clase con alguna idiotez. Recién comenzabamos el secundario y no entendíamos casi nada, menos los que venían de otras escuelas o, incluso, países. Él es uno de esos segundos casos.

i hate you| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora