dieciocho

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Jeon JungKook.

Veía desde la puerta a la chica que se había quedado quieta dándome la espalda, la había sorprendido, de eso estaba seguro, pero lo que me confundió bastante fue notar lo nerviosa que se puso.

Me intrigaba saber qué puso en la mochila de mi mejor amigo y por qué se notaba tan nerviosa, desde que la ví corriendo por el pasillo sabía que algo iba mal con ella, y al parecer tenía algo de Samuel o le puso algo para que a ella no le caiga la culpa.

Lucrecia se dió vuelta lentamente y acomodó su saco del uniforme del colegio, yo la miraba serio con mis brazos cruzados, aunque en realidad aún me dolían los huevos por la patada que me dió hace cinco minutos.

⎯ ¿No te dolían los cojones como para venir hasta aquí?⎯ consultó esquivando mi pregunta. Yo rodé los ojos y mire el pasillo, no había nadie, así que entré al salón y cerré la puerta.

⎯ Dime que has puesto en la mochila de Samuel o te acusaré con el director.⎯ amenacé, sabiendo que no la acusaría nunca, pero solo para meterle presión y que me diga.

⎯ Que lindo te queda el piercing del labio, ¿Te dolió mucho?⎯ volvió a esquivar mis palabras. Terminé de acercarme a ella, quedando bastante pegados ambos, mi mano en su espalda le impedía retroceder.⎯ De cerca se ve aún mejor.⎯ sonrió nerviosa.

⎯ Si no me dices revisaré yo la mochila de Samuel.⎯ susurré cerca de su boca y ella suspiró, el aliento con olor a menta, debido a un chicle, chocó con mis labios.

⎯ Prométeme que no se lo dirás a nadie.⎯ me mostró su meñique y yo sonreí levemente, de manera indirecta demostraba que aún me tenía confianza para contarme algo secreto. Tomé su dedo meñique con el mío y se separó para ir hasta la mochila de mi amigo y sacar algo.⎯ Le había robado este bolígrafo morado porque yo no lo tengo, pero me sentí culpable y se lo dejé de nuevo.

Algo dentro mío decía que me mentía, es decir, con el dinero que gana su padre Lucrecia podía comprarse siete de esos mismos bolígrafos si así lo quisiera, lo que me extrañó, ¿Por qué se lo robaría a Samuel? Pero a la vez ella se veía tan segura diciéndome eso, que no podía no creerle.

Solté un suspiro, asintiendo y haciéndole creer que le creía su pequeña mentira. Ella sonrió levemente y nos quedamos en silencio, Lucrecia no quería irse del salón porque era obvio que en cuanto ella se vaya yo revisaría bien la mochila de Samuel, no era tonta.

⎯ »¿Renata no te esperaba para comer?⎯ mencionó llevando sus dos manos a su espalda y balanceándose sobre sus pies que llevaban unas plataformas negras. Cada día venía con zapatos altos, a menos que tengamos educación física, ¿Cómo hace para caminar con eso?

⎯ Hablando de ella, ¿Pelearon? Estuvo toda la mañana molesta y no quería ni hablar de tí.⎯ dije recordando lo que pasó en matemáticas.

Cuando vino a sentarse conmigo le pregunté si había pasado algo con su amiga, siempre se sientan juntas, y apenas mencioné a Lucrecia me miró como si quisiera enterrarme bajo siete metros, así que mejor cerré la boca. También cuando miraba al frente, ya que yo me siento en los últimos asientos, bufaba viendo la actitud extraña de la castaña, y murmuraba diciendo que seguramente estaba copiandose en el exámen y por eso se mostraba nerviosa.

Cosa que se me haría extraño, Lucrecia es bastante inteligente y siempre estudia para los exámenes, hasta varias veces he visto como ayudaba a Renata haciéndole el exámen entero. Algo había pasado entre ellas para que la pelirroja esté tan enojada, pero no sabía qué era.

⎯ No te incumbe, son cosas de nosotras.⎯ respondió molesta.

⎯ Supongo que hablaron de mí para que ella esté tan amorosa conmigo.

i hate you| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora