Tras los agobiantes exámenes, Leah se sentía libre de los estudios, pero la idea de abandonar Hogwarts todavía la ponía sentimental y muchas veces consideró seriamente hacerle compañía a Myrtle tirándose de la Torre de Gryffindor.
Antes de empacar sus cosas la última semana, se puso a firmar el castillo con sus iniciales L.C.W. Pero cuando iba hacia el despacho de Filch se encontró con unos ladrillos acomodados de manera muy peculiar. Suponiendo lo que podrían ser, Leah miró a ambos lados del pasillo y tras comprobar que no había nadie cerca, los empujó, al entrar se encontró con una enorme sala que obviamente estaba ampliada por la magia, pues del otro lado de los ladrillos de al lado se veía lo mismo que del lado del que estaba Leah: una pared.
- No puedo creer que haya encontrado esto tan tarde - se lamentó Leah echando un vistazo a la sala. A simple vista parecía una sala común, tenía muebles con libros, sillones frente a un chimenea sin escape visisble que estaba encendida e incluso había un tablón donde se podían poner anuncios, pero fue muy tarde hasta que Leah se percató de que había alguien en esa sala.
Estaba de espaldas a ella leyendo un libro de pociones muy avanzada, y junto a él un montón de pergaminos apilados y de lejos Leah alcanzó a leer inventos muy traviesos. La persona tenía el cabello rojo como el de ella, y al darse cuenta de que no estaba solo, se dio la vuelta: la impresión que le causó a Leah verlo la hizo retroceder, pero rápidamente perdió el equilibrio y cayó sentada al suelo, a la vez que el color se le iba del rostro, como si estuviera viendo un fantasma, que era de hecho lo que creía que veía.
- ¿Qué...? No puede...
Frente a ella estaba el mismísimo Fred Weasley.
- Hola, hermosa - la saludó con una sonrisa cariñosa -. ¿Me has extrañado?
Leah parpadeó repetidas veces sin poder creerlo, las lágrimas calientes rápidamente se acumulaban en sus ojos pero ella no las dejó salir creyendo que alguien había tomado una poción multijugos con cabellos de su tío guardados durante años.
- ¿Quién eres? - preguntó levantando la varita - ¿Y porque te pareces a mi tío?
- Soy Fred, tu tío - dijo con mirada decepcionada, como si fuera lo contrario a lo que esperaba de Leah.
- No puede ser ver...
Fred sacó su varita y conjuró un patronus, que era exactamente el que Leah sabía que él tenía. Fred y George Weasley tenían el mismo Patronus: una bella y brillante urraca.
Leah no quería creer lo que veía, pero las lágrimas ya caían de sus ojos sin control.
- ¿Y como es que sigues vivo? - le preguntó con la voz quebrada
- A veces se aprenden cosas de quienes no deberías, mi querida niña - comenzó a decirle Fred caminando en círculos alrededor de la mesa como si no supiera como moverse -. Seguro sabes de la manera en la que Barty Crouch Jr. escapó de azkaban.
Leah asintió mirando con recelo al hombre que a primera vista sin duda era su tío.
- Le propuse a George hacer un producto que pudiera hacer eso sin demasiada ceremonia, pero a ninguno se le ocurría cómo desarrollarla - comenzó a relatarle invitándola a sentarse en un sillón frente a él y con algo de inseguridad lo hizo -, así que después llegó la guerra y decidí capturar a un mortifago, le di una poción multijugos y ya que la tiranía de Voldemort lo permitía, le lancé la maldición imperius. Así actuaría y hablaría como yo, y nadie lo notaría, le puse alrededor de siete frascos de poción cuando lo dejé ir para que combatiera en mi lugar. Supongo que se tomó la última justo antes de ir al lugar al que murió, y al morir con mi aspecto, no regresó al suyo.
- ¿Todo eso para desarrollar un producto para una tienda de bromas?
- Yo diría que fue más bien un par de décadas sabáticas para crear métodos de rastreo que el ministerio apreciará demasiado.
- ¿Quién sabe que estas aquí?
- Los elfos domésticos - respondió -. El retrato de Dumbledore también, y el del profesor Snape también - dijo señalando a la pared donde en efecto se encontraban ambos retratos que la miraban -. Necesito consultar a los dos genios del siglo pasado, ya que mis ideas son puramente teóricas, no tengo material para llevarlas a cabo y con ellos puedo escenificarlas para darnos alguna idea del posible resultado...
- ¿No podías hacerlo en la sala de la madriguera con unas tartas de mamá? - preguntó Leah llorando.
Fred se acercó a ella y no seguro de cómo reaccionaria Leah, la abrazó.
- Todos te extrañamos - le dijo Leah sollozando -. Y mis primos siempre han querido conocerte.
- ¿Primos? - repitió Fred con aire curioso -. ¿Y cómo son?
Leah le habló de todos los primos que tenía y como eran.
- ¿Así que después de ti Bill y Fleur tuvieron una hija? Se Ginnizó y finalmente la Weasleyzaste - dijo él y Leah asintió -. ¿Leah? ¿Qué te parece si regreso a casa este verano? ¿Me matarían?
- Comenzando por mi - chilló Leah abrazándolo con fuerza y rompiendo a llorar y Fred le devolvió el abrazo con calidez-. ¿Abandonarás tu laboratorio teórico?
- Puedo dejarla para mis sobrinos - sugirió -. Realmente no esperaba ser encontrado pronto. Me tomó por sorpresa tu llegada.
- ¿Cómo supiste que era yo?
- Eres idéntica a tu padre. Tal y como supuse que sería, gracias a Merlín.
*****
Durante la ceremonia de graduación Leah lloró a lagrima viva y abrazó a todos los maestros del colegio llorando con toda la fuerza de sus pulmones, Hagrid se reía de ella y le regaló un pañuelo, aunque él también lloró.
Se acomodaron frente a la entrada del colegio donde "El Profeta" les tomó la foto anual para ponerla en la edición matutina del siguiente día, cuando todos los alumnos hayan regresado a sus casas.
Leah lloró por todo lo alto mientras iban hacia los botes que los llevaría de regreso a Kings Cross, todo el tiempo Leah lloró mientras estaba en el bote con Ethan, ya que solo ellos dos cabían, en otros botes iban Jack y Miño, y en el otro iban Albus y Liesel mirando con tristeza el colegio. Los sollozos de todos los alumnos graduados se hicieron más fuertes mientras el colegio se hacía más pequeño conforme avanzaban hacia la estación.
Pero como es obvio que pasaría, Leah y sus otros cinco amigos sacaron un aerosol muggle y firmaron un costado del bote con sus iniciales. Luego lanzaron un hechizo de permanencia. Finalmente antes de que el colegio desapareciera por completo de su vista antes de llegar al bosque, Leah lanzó unos fuegos artificiales que en lugar de decir cualquier tontería decía la sincera frase: ¡Gracias Hogwarts!
*****
Nota de autor: todo el tiempo que escribí este capítulo lloré de verdad ¡Me están temblando las manos!
Sé que es una historia ficticia, pero de todos modos me encariñé con mis personajes y no puedo creer cuánto los he hecho crecer 😭
Me tomó como 4 horas escribir este cap de lo inspirada que estaba.
Pero no se preocupen, this is not the end, aún faltan resolver más asuntos importantes de Leah, pero ya ninguno tendrá lugar en Hogwarts. Prometo tener capítulos más pronto.
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Leah Charlotte Weasley
FanfictionDurante años se suponía que Charlie Weasley no tenía hijos, o novia aunque sea. Pero hubo algo que hasta el mismo Charlie desconocía. Ocurrió durante una fiesta en la que él estaba con un amigo y dos chicas se sentaron junto a ellos mientras coquete...