Leah Charlotte Weasley

Leah Conoce a sus tíos Fred y George

En la cocina, Fleur jugaba con Leah, Fleur le tomaba las manitas a la bebé, y bailaba con ella, esto no le hacía gracia a Molly, pues en su opinión, la iba a lastimar.

- Fleur, querida - le dijo Molly harta del baile que evidentemente alegraba a Leah -, me ayudas con estas verduras, por favor?

- Oh, si clago señoga Weasley, qué vegdugas? - le preguntó la francesa

- Las papas y las zanahorias - le contestó Ginny - yo me encargaré de la carne

- Ok, está bien, Leah, quegida, estagé ocupada, quédate ahí y sé niña buena - le ordenó Fleur a la bebé

Cuando terminaron de preparar la comida, llamaron a los demás para que bajaran a almorzar.

- Leah, que tal tu descanso? - le preguntó Charlie completamente sudado - no tuviste calor ésta vez?

- Hijo, no esperes que te conteste - le dijo Arthur

- Papá, tengo la esperanza de que lo haga - le comentó Charlie

- Hola, Charlie, te perdiste de nuestra batalla de sillas - le comentó Bill a la bebé

- No es Charlie, es Leah - protestó Charlie

- Son la misma - volvió a defenderse Bill

- Niños, no discutan por como llamarla - les llamó la atención Molly

- No somos niños - protestaron ambos al unísono

- Parecen - contraatacó Molly lanzandoles una mirada de "atrevanse a contestar", que fue suficiente para hacer callar a los hermanos

- Chicos, apúrense a almorzar, que tenemos que ir al Callejón Diagon a comprar su material escolar - les avisó Molly

- Mamá, puedo ir con ustedes también? - preguntó Charlie

- Pretendes llevar a tu bebé? - le preguntó Molly preocupada

- No te preocupes mamá, si está conmigo nada le va a pasar - le prometió

- Está bien - aceptó Molly aún preocupada

El almuerzo transcurrió en silencio al igual que el desayuno, y como siempre, Charlie fue el primero en terminar de comer, y le dio a Leah algo de puré de papa para ver si le gustaba, y así fue, a Leah le encantó, para disfrute de Charlie, ella solita quería sostener la cuchara para comer el puré.

- Mamá, a Leah le gusta como cocinas - dijo Charlie riendo ante la escena

Todos miraron a Leah sentada en la pierna de su padre con la cuchara en su mano y con la boca llena de puré, mientras que las mejillas ya se las había manchado. Los presentes rieron ante la tierna y divertida escena.

Cuando terminaron de almorzar, un coche del ministerio había ido por ellos para llevarlos al Callejón Diagon.

Charlie se sentó detrás del conductor a un lado de sus padres, junto a la ventana, con Leah en su pierna. Charlie observaba divertido como su hija miraba a través del cristal un mundo que ella no conocía.

- Te diviertes Leah? - le preguntó Charlie sonriendo

En respuesta, Leah le devolvió la sonrisa a su padre en un claro "sí".

Al llegar, mientras caminaban por edificios Leah se quería bajar de los brazos de su padre.

- No, Leah, este lugar es peligroso, te dejo moverte libremente en la tienda de tus tíos, ahí estarás más segura - le prometió Charlie

- Ni tan seguro - dijo Molly

- Bueno, madre, es más seguro que la calle, ahí hay un montón de magos no oscuros