Era abril. Leah estaba tirada en su cama disfrutando de su mes de vacaciones. Tenía unas enormes ojeras aunque llevaba una semana durmiendo plácidamente. Su padre ni siquiera le pedía que limpiara la casa y Leah se lo agradecía profundamente.
Ya se había acabado el café que le había regalado su tío el año anterior y sabía que iba a necesitar un frasco más. O puede que un costal no le cayera mal.
La mitad de la clase desertó tras el segundo bimestre porque no soportaron con la carga de trabajo y presión de los profesores. Leah no podría negar que ella también quiso hacerlo, pero aprendía tanto que aunque lloraba mientras hacía la tarea, se obligó a soportar cada bimestre. Le faltaba uno y después comenzarían con los semestres, que según le explicaron los profesores, también serían cuatro y serían mitad teoría y mitad practica, por lo que Leah esperaba que les dejaran menos tarea.
Se despertó cuando escuchó que la puerta de su habitación se abría, eran Charlie e Ethan.
-¿Se habrá enfermado? Solo duerme
-Pobre de mi bebé -dijo Charlie poniendo su mano sobre la frente de Leah que aún no distinguía si seguía dormida o si ya estaba despierta-. Está tan cansada y estresada por la academia. Regresó muy pálida y demasiado delgada, apenas lleva un año y esa academia ya me la está consumiendo.
-¿Cómo se les ocurre abrir un curso intensivo? -se quejó Ethan poniendo la comida en la mesita junto a la cama-. Ellos estudiaron ¿consideraron que tienen alumnos que estudian y trabajan?
-Cobran cuatrocientos galeones por bimestre -le dijo Charlie y a Ethan se le aflojó la mandíbula-, solo se quedan los que soportan la carga y pueden pagarlo. Están dejando en claro desde el principio su posición. Por lo que sé hay muchas solicitudes en espera de ser aceptadas para el próximo ciclo.
-No sabía que estudiar era tan caro hasta que tuve que pagarlo yo mismo -volvió a quejarse Ethan.
-Puedo hacerlo yo si se te dificulta trabajar y estudiar a la vez -le dijo Charlie.
-¡No! ¡No! Gracias -se alarmó Ethan-. Es muy pesado, pero en algún momento tendré que acostumbrarme...
-¿Consideraste usar la herencia de tu padre?
Ethan frunció los labios ante la pregunta de Charlie.
-No quiero usar nada que venga de él, suficiente tengo con su apellido que me dio muchos problemas en Hogwarts.
-Considera que podrías remodelar la mansión de los Rookwood y darle tu personalidad, usa el dinero que te dejaron en vez del tuyo -sugirió Charlie-. Recuerda la carta que te enviaron de gringotts.
En navidad Ethan había recibido una carta en la que se le solicitaba a una reunión. Le explicaron que tenía un plazo de máximo cinco años para reclamar su herencia por derecho legítimo antes de que pasara a ser propiedad del gobierno mágico.
-No tendría problema en que ese dinero sacado quién sabe cómo se use en algo más beneficioso... Pero tener ya una casa propia que pueda acomodar a mi gusto -pensó Ethan en voz alta-... Me gusta... Así ustedes podrían ir ahí en alguna festividad. Esa mansión tiene cuarenta y no me acuerdo cuántas habitaciones...
-Estas dudando.
-¿Cómo remodelo una casa? Quiero quitarle todo y decorarlo desde cero.
-Podrías comenzar vendiendo los muebles y otros artefactos que no te sirvan -sugirió Charlie. Ninguno de los dos hombres parecía darse cuenta de que Leah estaba despierta y que los miraba.
-¿Mejor haz explotar esa casa y la vuelves a hacer desde cero? -opinó Leah sorprendiendo a ambos hombres.
-¡No me asutes! ¡Me hace daño! ¡Me va a dar un infarto! -se quejó Charlie.
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Leah Charlotte Weasley
FanfictionDurante años se suponía que Charlie Weasley no tenía hijos, o novia aunque sea. Pero hubo algo que hasta el mismo Charlie desconocía. Ocurrió durante una fiesta en la que él estaba con un amigo y dos chicas se sentaron junto a ellos mientras coquete...