Una Plática Seria

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Leah miró a Charlie tumbarse en su cama y quedarse con la cara enterrada en la almohada.

- ¿Papi? - susurró Leah. No sabía si su padre estaba enfadado, cansado o furioso

Charlie estiró su brazo invitándola a acostarse con él. Leah se acostó boca arriba a su lado.

- ¿Estás molesto?

- No contigo - contestó con el rostro aún enterrado en la almohada -. No tienes idea de lo mucho que odio a tu madre. Quiero que sepas que a comparación de tu madre, Ginny te ama como si ella fuese la tuya

Solo entonces Leah se dio cuenta de lo horrible que pudo llegar a ser su mamá. Casi se sintió amada por Ginny y eso le pareció horrible.

- Ella te hizo tanto daño - susurró. Y Leah pudo notar que su voz apenas salía con claridad, como si quisiera llorar

Levantó la cabeza de la almohada y se sentó en la cama con la cabeza apoyada en el respaldo de la cama. Leah notó que parecía a punto de llorar.

- Te hizo mucho daño. Tú me llamaste "Papi" el mismo día que me conociste - recordó dejando que las lágrimas salieran con libertad -. Tú querías un Puffskein, y lo obtuviste - sonrió -. Cuando regresamos a la madriguera, Bill y Fleur se habían enterado de la noticia. Fleur te miró dormir con tanta tristeza - hizo una pausa para respirar -. Me explicó que para haberte encariñado conmigo en menos de un día, tu madre debió haber sido terrible. Tan mala que en unos escasos tres días, más o menos, terminaste llamando "mamá" a mi madre - le dijo -. Tu madre era terrible. No merecías que esa mujer haya sido parte de tu vida, te juro que de haber sabido antes, que tenía una bebé, hubiese ido por ti de inmediato

Leah no tenía ni la menor idea de qué decir. Pero Charlie no esperaba que dijera algo, así que continuó.

- No puedo terminar de comprender que era lo que le molestaba a tu madre de ti. Eras bonita, traviesa y juguetona. Siempre sonreías, como hacen todos los bebés

- Seguramente era porque eres idéntica a mi - continuó con amargura -. Ella quería que te parecieras a ella, pero no fue asi. Te pareces a mi y eso es lo que le irrita. O también fue porque tu nacimiento significó que ella terminaría desheredada

Leah escuchaba atentamente. Le hubiera gustado saber eso después. O simplemente no saberlo nunca.

- Ni siquiera debería decirte estas cosas. Eres muy pequeña, y cuando de trata de tu madre, siempre fuiste la inocente

Leah empezaba a odiar a su madre más que nunca. Odiaba que por la culpa de Phoebe, su padre estuviera llorando.

- Siempre intenté arreglar el error que cometió tu madre contigo tratando de hacerte feliz... - dijo mirando al techo

- Pero sí soy feliz - interrumpió Leah con suavidad

- No somos la familia perfecta. Aunque tus tías y abuela te amen, no es lo mismo que el amor de tu propia madre, Leah. El amor que te merecías. Yo no soy suficiente...

Leah vio con tristeza como su padre volvía a enterrar la cara en la almohada y lo escuchó sollozar.

- Papá, por favor... No llores - le pidió comenzando a llorar -, yo nunca he necesitado a mi mamá. Contigo soy feliz... Papi, por favor no llores...

La puerta se abrió con lentitud.

- Mamá me dijo que estaban aquí... ¿Qué tienen?

- Una discusión con la reproducción de la maldita que tu hermosa pelirroja tiene por madre - contestó Charlie. Bill se acercó a la cama ya que apenas se entendía lo que dijo

Leah Charlotte Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora