Peleas Graciosas

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Las siguientes semanas transcurrieron igual que la primera. Charlie estaba tan encantado con Leah, que se le hacía imposible pensar que era lo que su madre tuvo en su contra.

Cómo cualquier día, Leah fue la primera en despertarse.

- Ni siquiera el domingo de descanso me dejas dormir Leah? - le preguntó Charlie a su hija

- Dwagones - fue la respuesta de Leah

- Leah, cariño, sabes muy bien que los domingos no trabajo - le dijo Charlie mientras miraba a Leah -. Por qué no te acuestas conmigo y volvemos a dormir - le sugirió Charlie a Leah

- Abudido - Leah rechazó la sugerencia

- Niña mala, ven y duérmete, en cuanto entres a Hogwarts (aún faltan once años para eso), vas a extrañar dormir, de mi te acuerdas - le dijo Charlie acostándola junto a él

- Noooo - se quejó ella

- Nah, nah, nah - le continuó diciendo -, te duermes y me dejas dormir, ya después juego contigo todo lo que quieras

Leah lo miro unos segundos como si quisiera leer la mente de su padre.

- Lo prometo - le dijo Charlie alzando el dedo meñique

Leah cerró el Pinky-Promise.

- Perfecto, a dormir - dijo Charlie dándose la vuelta con su brazo sobre el cuerpo de Leah impidiéndole moverse de donde estaba

Leah supo que esa discusión la había perdido, de modo que para el disfrute de Charlie no tuvo más opción que dormirse.

- Niña hermosa - le dijo Charlie mirándola con una sonrisa vencedora -. Descansa... otra vez

Durmieron unas 3 horas más aproximadamente hasta que Charlie volvió a despertar con Leah sentada sobre su abdomen mirándolo.

- Qué tienes Leah? - le preguntó Charlie devolviéndole la mirada

Leah no tenía un lenguaje muy amplio que digamos, de modo que no había manera de expresar todo lo que sentía. Pero aún así, Charlie sabía lo que necesitaba.

- Ooh, entiendo, vamos, te prepararé algo

Se levantó con Leah y ambos fueron a la cocina donde sentó a Leah. Ella estaba sentada con su carita de mucha hambre y Charlie se sintió mal por haberla obligado a dormir.

- Leah cariño, siento haberte hecho pasar tanta hambre - se disculpó Charlie -, pero si sirve de algo decirte, te prepare leche y después te doy permiso de que comas chocolate - le dijo a Leah quien lo miraba con sus ojos brillantes de entusiasmo

Después de que se acabó su leche, como Charlie le prometió, le entregó su chocolate, haciendo que Leah se pusiera más que feliz.

- Ya sé que regalarte en tu cumpleaños - le dijo Charlie aunque ella no lo escuchaba por estar concentrada en la varita de Charlie -. Tu primer cumpleaños - susurró dándose cuenta de que se había perdido más de la mitad de la vida de su hija hasta ese momento

- Palito - dijo Leah con las mejillas manchadas con chocolate señalando la varita

Charlie de permitió una sonrisa antes de corregirla.

- Se llama varita mágica Leah, no palito - la corrigió -. Cuando vayas a Hogwarts te compro una..

- Quiewo, ahoda! - exigió Leah

- Nop

- Si

- No linda

- Si

Leah Charlotte Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora