Charlie se Pelea con un Fantasma

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- ¡Ya la encontré! - exclamó Jack parándose frente a la lápida de la madre de Leah

Había una reproducción de ella en luz verde. Para sorpresa de todos, era una mujer bella. Pero Leah, que sabía la verdad de la forma de ser de Phoebe, le pareció una mujer horrible. Phoebe hizo una mueca de horror y desprecio cuando vió a Leah, pero a ella no le afecto en absoluto... Bueno, tomo una piedra que había cerca y se la lanzó a la reproducción. Le dio justo en la cara y Phoebe la fulminó con la mirada.

- 50 puntos para Gryffindor - susurró Ethan

- Hola, mamá - saludo Leah sin ganas a la reproducción de luz verde que la miraba con el entrecejo fruncido -. Vine a que nunca me olvidaras. Comencemos

Phoebe abrió la boca para protestar pero en ese momento de detuvo, ya que Leah comenzó a sacar todo lo que necesitaría para hacerle la muerte imposible a su madre biológica.

Ethan miró con odio a la madre de Leah y le lanzó una cubeta llena de piedras a la lápida, debilitando un poco el hechizo que la conservaría en buen estado. Phoebe miraba en silencio a Leah, como esperando a ver qué hacía.

Leah sacó pinturas danzantes y pintó su firma debajo del nombre de su madre:

Leah Charlotte Weasley. Tu hija

Phoebe miró a Leah arruinar su lápida e hizo el ademán de que le soltaría un golpe en la cabeza. Pero por razones desconocidas, se detuvo.

A Leah le extrañó eso pero no se detuvo a investigar.

Ethan, cole y los gemelos hicieron grafittis por toda la lápida. Phoebe miraba a los lados y gritaba que se detuvieran. Pero Leah les indicó que no pararan.

- ¡Dejen en paz!¿Quiénes son ustedes?¡Fuera de aquí!

- No se detengan - ordenó Leah -. La operación indica que ella tiene que sufrir

Leah espolvoreó polvos fétidos.

- Estarás tan apestosa que ni siquiera te querrán visitar. Qué asco

- Estás castigada...

- Ahora que lo pienso, la abandonó cuando Leah era bebé. Desde aquel entonces perdió todos los derechos sobre ella. No puede castigarla - observó Cole

- Mi tío Percy se sentiría muy orgulloso de ti si te hubiera escuchado - dijo Leah haciendo reír a los chicos

*****

Al cabo de un rato. La lápida de Phoebe estaba llena de pintura con dibujos danzantes y apestaba a las cosas fétidas que habían lanzado. Por no mencionar que habían piedras y pedazos de la lápida esparcidos alrededor de la reproducción.

- Desgraciados - susurró -. Creen que con eso me molestarán...

- Si no te molestara no te quejarías - dijo Leah

- ¡Y tú no hables!¡Eres una...!¡No me lances piedras!

- Pero si ni siquiera tienes cuerpo - dijo Leah -. Solo te atraviesan

- Por cosas como estas me deshice de ti

- Ajá - dijo Leah distraídamente acomodando explosivos por toda la lápida -. Tengo que usar los cerillos de mi abuelo ya que no puedo hacer magia fuera de Hogwarts, ni siquiera sin varita - arrugó la nariz con disgusto

- No arruges la nariz. Igual a tu padre, qué horror

- Ya cállate. Me desconcentras - susurró Leah

Phoebe le lanzó una mirada asesina pero Leah ni se inmutó, estaba muy ocupada molestando a su madre.

- Nunca podrás decir que no hice travesuras - le dijo Leah -. Chicos, me hacen los honores...

Cada uno sacó una caja de cerillos y la abrieron. Después encendieron los cerillos y los lanzaron a los explosivos, se alejaron y vieron a Phoebe gritar como loca alrededor del humo.

- ¡Niña tonta!¡Detén esto!¡Estás arruinándolo!¡No es pregunta es orden!

- Ese es el plan - le dijo sonriente -. Y por si lo olvidaste, no puedo hacer magia fuera de Hogwarts...

- Con agua...

- Arruinaría la diversión. Yo no soy una aguafiestas

- Te odio

- Como si no lo supiera

Cuando terminaron, Leah miró el trabajo hecho bastante satisfecha. Pero no sonrió, le daba asco saber que su madre la estaba mirando.

- Maldita pelirroja - masculló Phoebe -. Ni siquiera muerta me dejas en paz...

- Tuviste doce años de descanso - replicó Leah -  Además, agradece que vine, así no te quedarás con la duda de si estoy bien o no. Y mírame, estoy estupendamente, papá hizo su trabajo mejor que tú

- Malagradecida. ¿Así me agradeces que no haya abortado? Y mira que en más de una ocasión pensé en hacerlo

Ese fue el golpe que Leah no esperaba. Pero antes de que pudiera decir algo, Charlie apareció detrás de ella y lanzó un hechizo que dejó la lápida completamente destrozada. Y también dejó una débil reproducción de Phoebe.

- Y con ustedes. Una desconocida enterrada en la casa Slughorn - susurró Charlie con tanto odio, que Leah y sus amigos retrocedieron -. Sin un nombre no eres nadie, Phoebe. Y mira esto, en unos años dejaras de existir, incluso como intento de fantasma

- Tú también has venido. Maldito, por tu culpa ella es así...

- Como si Leah te hubiese importado. Agradece que no estás viva - siguió susurrando -. Me hubiese valido medio pepino que fueras mujer, de haberte escuchado hablar así de Leah en vida, juro que te hubiese sacado los ojos y te hubiese obligado a tragártelos para que te ahogaras con ellos

Phoebe abrió los ojos como platos y por primera vez, lucía aterrada de verdad. Pero aún así tuvo la valentía de volver a hablar.

- Tú bien sabes que Charlotte fue un accidente. Ni siquiera tu la querías...

- ¡Mientes! - rugió Charlie -. Habla por ti, no por mí. Vámonos, Leah, chicos

Los cuatro chicos obedecieron inmediatamente y caminaron detrás de Charlie. Ethan se tomó la paciencia de lanzar una bomba de polvos gaseosos ultrapeligrosos. George había puesto una edad específica para usarse, pero Leah gozaba de ciertos privilegios, pero también estaba advertida. La bomba tenía la función de hacer daño a los fantasmas que cuando necesitaban de algo, recurrían a las cosas gaseosas. Aquello que fuera similar a un fantasma sufriría daño, su composición comenzaría de de generarse hasta que dentro de poco tiempo desaparecería por completo. Fueron tan útiles, que el ministerio solicitó algunas para deshacerse de plagas de fantasmas en casas embrujadas.

Caminaron en silencio hasta La Madriguera y Charlie de dirigió como rato a su habitación seguido de Leah.

- Nos vemos en la cena - susurró desanimada

Los chicos la miraron entrar detrás de Charlie a su habitación.

Leah Charlotte Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora