Leah Charlotte Weasley

El Viaje en Tren y Primera Vez en Hogwarts

Leah se sentó en uno de los asientos de su compartimiento. Nunca pensó que este día llegaría. Se puso la túnica de Hogwarts antes de que ese le olvidara. Llevaba un buen rato sola, al cabo de unos minutos le dió hambre y sacó de una de sus muchas mochilas los bocadillos que su abuela Molly le había preparado.

- Eeem, hola, Eeeh... ¿Puedo pasar? - preguntó un chico de cabello castaño claro. Se veía nervioso -. Me han rechazado en los demás conpartimientos

- Claro, adelante - contestó Leah con una sonrisa. El niño la miró sorprendido, seguro esperaba que le dijera «Y aquí también te rechazaré, adiós»

- ¿Cuál es tu nombre? - preguntó Leah dándole un generoso bocado a su rebanada de pae de carne de conserva de buey y zanahorias

- Ethan Rookwood - contestó. No parecía feliz de tener ese apellido

- No pareces contento - observó Leah

- No teniendo el apellido que tengo - dijo el chico bajado la vista -. Tampoco después de que me abandonaran

- Oh, lo siento - se sentía una tontísima por haber hecho el comentario

- No, te preocupes, no es tu culpa...

- Tampoco la tuya

- A propósito... ¿Cuál es tu nombre?

- Leah Weasley - contestó sonriendo

- Genial... ¿Weasley? Los héroes de la batalla de Hogwarts

- Creo que sí

- Mis padres eran del bando perdedor. Unos estúpidos mortífagos. Mi madre fue asesinada por una acromántula. Mi padre creo que está en Azkaban, o muerto

- Si, Eeeh, mi familia me lo contó. Tu padre asesinó a mi tío - comentó Leah en voz baja

- Lo siento ¿Ves a lo que en refiero? No estoy orgulloso de saber de dónde vengo

- Te entiendo. Mi madre también me abandonó... Quieres un bocadillo. Ten

Le entregó una rebanada de torta de melaza. Ethan parecía sorprendido.

- Te arrepentirás si lo rechazas, es delicioso. Lo preparó mi abuela

- Gra... Gracias - tartamudeó con los ojos brillantes, como si nunca en su vida hubiese visto semejante delicia

Por las observaciones de Leah, Ethan parecía desnutrido.

- ¿Donde vives?

- Bueno, mi familia no me quiere. Así que vivo en un orfanato mágico...

- ¿Orfanato mágico? - Leah jamás había escuchado ese término

- Cuando terminó la guerra se dieron muchas muertes de adultos jóvenes que tenían hijos. Habían muchos huérfanos y sería muy sospechoso que de repente aparecieran en los orfanatos niños raros sin padres, así que decidieron abrir orfanatos donde criaban a nos niños que quedaron huérfanos y sin familia después de la guerra...

- Ahí vivías

- Si. No preparan la comida tan deliciosa como la de tu abuela, de eso estoy seguro - añadió sonriendo. Le dió otra mordida a la torta

El resto del viaje continuaron hablando hasta que llegó la señora del carrito.

- ¿Gustan algo, niños?

- Oh, sí - dijo Leah

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