Capítulo 68

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Después de una breve charla sobre Cris, la película y mi madre, lo acompañé a la salida.

Estaba derrotada, pues todo lo que dijo sobre mi era real, yo quería suplantar algo que solo me daba...

Salto del pánico al ver a Donovan frente a mí al entrar de nuevo en la habitación, está apoyado en el marco de la puerta del baño, fingiendo un aire de superioridad en toda su postura y gestos, un defecto que perdió hace mucho tiempo ante mi presencia.

—Es perceptivo —suelta tratando de intimidarme con su mirada sombría, sin embargo, lo único que emana es ira. No tengo que suponer que vio todo lo que ocurrió en esta habitación con Blake, ya sé que lo hizo.

—¿Estás contento? Él cree que no me interesa por tu causa, espero que te sientas orgulloso de lo que provoca tu simple aparición en mi vida, ya que se supone que no deberías formar más parte de ella... —Me quité las zapatillas sin alejarme de la puerta, no quiero dar un paso cerca de él, no ayuda a mi psiquis.

—Solo vine a decirte que si todo sale bien me voy en una semana —susurra mirando sus pies, contemplo como se abraza a sí mismo y aprieta los costados de su cuerpo con fuerza, está lastimándose.

—Deja de hacer eso —Pido buscando su mirada, pretendiendo estar calmada con la noticia que acaba de darme.

Él se endereza, arregla su voz y sus palmas se mueven nerviosas entre sí. —Me voy.

Camina hacia la ventana, apresurado, dejándome con los niveles de ansiedad por los cielos. ¿Cómo declara eso y se va?

—Irrumpes mi habitación... —Él se detiene y mi cólera va creciendo en cada paso que doy cerca de su espalda— Sin ser bienvenido, bien lo sabes. Vienes, espías, haces una escena de corderito degollado, me dices que te vas para siempre y luego literalmente, huyes como si yo hubiera dicho o echo algo malo en esta casi inexistente interacción, la cual nunca debería haberse dado lugar.

—Yo iba a mencionarte que me voy, quería despedirme contigo apropiadamente, pero te vi bastante ocupada.

El ácido en su voz no me paso desapercibido, ahí está el Donovan procaz que conocí.

—Existían los mensajes de texto.

Se voltea y allega a mí, su cara se transfiguró en un fruncimiento general, sus labios, cejas, mejillas... Ojos dilatados. Estaba enojado. —Si, ¿sabes qué? Lamento muchísimo querer verte una última vez, creí que los acontecimientos que pasamos lo ameritaban, ciertamente estaba equivocado, ya estás buscando tu felicidad junto a otra persona, ¿No es así? —Su nariz se arruga y se agacha un poco para estar a la misma altura de mi cara— No fue para tanto lo que paso entre nosotros, lo superaste fácilmente.

—¿Estás bromeando? —«Después de todo lo que me hizo, minimiza los estragos que causo en mí»— ¡¿Por qué no te fuiste directamente de una puta vez?! ¡Te he dicho miles de veces que no te quiero más en mi vida! ¡Arruinas cada pequeña parte de mi existencia que es normal! ¡Blake es lo que quiero y no puedo estar con él porque  estás siempre atravesando puertas como un maldito fantasma recordándome lo enferma que estoy por haberme metido contigo!

Dos pasos largos de su parte y ya estamos tan cerca uno del otro que el aire se vuelve más denso, hizo que me atragantara. —No vuelvas a decir eso.

Corregí mi garganta y volví a mirarlo, tratando de ser retadora, que no note la cantidad de emociones contradictorias que están ocurriendo en mi cuerpo justo ahora. —¿Qué parte?

Yo sabía que parte le molesto, pero no está mal para mi ego que lo dijera en voz alta y tenía muchísimas ganas de provocarlo... Con tal de que no se vaya— ¿Blake es lo que quieres?

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora