Capítulo 43

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No, no iba a rebajarme a su nivel

No lo necesitaba.

Puedo ser mejor que él.

Plan uno: Fingir que no existe

—Esta follandote con la mirada, me da pena —susurró Cris muy cerca de oreja, mirando detrás de mí, seguro estaría Donovan y por ello, no iba a voltear. Era jueves y puedo jurar que desde el lunes no volteé a verlo y no mentiré diciendo que eso no estaba matándome.

—Que lastima por él... —alegué de forma sarcástica caminando hacia el estacionamiento con Cris detrás de mi tratando de alcanzar mis pasos apresurados.

—Ve a hablarle, probablemente no la defendió como tú crees... —Inició y yo me detuve en seco. Lo miré de la forma más sombría y él levanto sus manos en señal de rendición—. Tranquila, no me mates

Cris se acercó a mí y puso un brazo alrededor de mis hombros, tratando de alguna forma, consolarme. —Es un gilipollas.

—Lo se cariño —murmuró sobre la cima de mi cabeza y la besó

El plan se hacía muy difícil para mí desde el momento que me di cuenta que tener tan cerca a Donovan y no mirarlo me afectaba. Todo me afectaba últimamente y lo odio, yo no era así.

Plan dos: Sentarme en otro pupitre, lejos de él

—Este es mi asiento —aseguró el chico que se sentaba hasta ayer en el lugar donde yo estaba ya más que acomodada.

Me da pena decir que tuve que suplicarle a la profesora que es un coñazo enseñando que me dejara cambiarme de sitio y accedió... después de que ordenara todos sus libros alfabéticamente.

Estuve ocho horas allí.

—Lo siento, hable con la profesora de literatura y me cedió tu lugar... pero el mío no está muy alejado

Él chico soltó un par de maldiciones hacia mí y la profesora, pero marcho derrotado hacia mi antiguo asiento. Me volteé solo para ver a un muy cabreado Donovan mirándome a mí y enseguida a la nuca del chico, como si quisiera quitarlo de ese asiento por las malas.

Bien, si, lo miré

Plan tres: No contestar a sus formas de llamar me atención

—¿Puedes apartarte? —dijo Donovan empujando mi hombro para entrar en el instituto.

No estaba estorbando, podía correrse tan solo un metro a la derecha y ya habría entrado

Pero no, el cabrón quería que yo respondiese.

No lo haría

Cuando me molestaba directamente, siempre asentía, sin decir una palabra y por todas sus reacciones cabreadas, sabía que eso le jodía.

Plan cuatro y más difícil: No ceder ante Donovan.

Pude escuchar como pasos empezaron a provenir de la ventana, no necesitaba voltear para saber que era Donovan y me maldije en silencio por no haberla cerrado antes.

Mi corazón empezó a latir con fuerza y me tragué las ganas que tenia de abrazarlo porque extrañaba su maldita presencia a mi alrededor.

Maldición, estaba muy hundida.

Tomé un arete y comencé a ponerlo en mi oreja cuando me giré para enseñarle una gigante sonrisa falsa al intruso a unos metros de mi con un ceño fruncido. —Hey, ¿Cómo estás?

Él asintió recorriéndome con la mirada desde los pies a la cabeza. —Bien... ¿Qué haces vestida así y...? ¿Eso que tienes en la cara es maquillaje?

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora